Vigésimo Segundo Capítulo

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Tomó mis manos tirando de mis brazos hacia él, pero en vez de enrollarles la cinta como pensé que lo haría, levanto de ellos hacia arriba haciendo que cayera hacia atrás, totalmente contra la cama, por su propia fuerte fuerza pudiendo sentir como todo su cuerpo se hundía contra el mío; él completamente.

Di un pequeño gemido de total sorpresa y repentina calidez que se hallaba de pronto muy bien definida por partes significativas de mi cuerpo. Moví mis manos sobre mi cabeza, entre las suyas, queriendo soltarme, pero él no me dejo, me lo impidió con mucha más fuerza a como sentí su anterior acto. Le mire sintiéndome desesperada por esto; se me hacía bastante no justo.

Bajo la vista de su dura mirada, volví a mover mis manos entre su fuerte agarre, pudiendo esta vez soltar una de mis manos, sintiendo el pequeño dolor alrededor de mi muñeca cuando mi mano se poso sobre su hombro, pero solo le bastaron unos escasos segundos para volver a tomar de mi mano y con la misma bruta fuerza ponerla prisionera en su lugar. Volví a mirarle, pero esta vez habían cambiado pequeñas pero muy profundas cosas tanto en mi forma respirar como en mi interior.

-No, Allison. No puedes tocarme. No debes hacerlo. 

Susurro juntando mucho más mis muñecas y ejerciendo leve presión sobre ellas que ansiosas querían tocar de él. Le observe mostrando mi descontento completamente.

-Es control, cariño. 

Controlador Experto. Escuche un susurro en el fondo mi cabeza.

-Estas sumida a mí. Desde este punto, puedo hacer lo que quiera contigo por ese simple control. Y lo mejor de ello, es que lo disfrutaras y me pedirás mas y te daré lo que quieras y ese placer producido será infinito. Un placer único. Extremo. 

Hablo con seguridad y por un segundo me pareció ver llamas dentro de esos ojos verdes oscurecidos que ardían con fuerza, con fulgor e intensidad.

Lo quería. Lo deseaba. Deseaba ese placer que en algún extraño nivel era totalmente nuevo para mi.

Pronto hizo que me acomodara un poco más en el centro de la cama. Me recosté no quitando la mirada de él en ningún momento y es que estaba de cierto modo muy expectante a parte de lo ya bien preparada que me sentía para lo que vendría.

Eleve el rostro viéndole a los pies de la cama observándome con extremada atención. Su mirada recorrió mi cuerpo una y otra vez mientras en el proceso podía escuchar como sacaba de sus zapatos y pronto también de su remera blanca quedando a torso descubierto frente a mí, justo de la manera preferida de verle.

La cama se hundió en cuanto su cuerpo ya estaba sobre ella; tomo de mis tobillos extendiendo mis piernas lo más pronto para enseguida ponerme entre sus piernas, su peso no me molestaba, pero si podía sentir tanto la fuerza y la calidez que este emanaba. 

Traté de relajar lo más posible mi cuerpo en cuanto comenzó con inmensa calma a desabotonar mi camisa verde oscura para llegar hasta el último botón y abrirla en su totalidad; dejándole una amplia y clara visión de mi frente y podía yo sentir como el corazón en cualquier momento se me saldría del pecho ahora únicamente por la cálida excitación que me estaba recorriendo.

Su rostro se acercó lentamente al mío, muy lento haciendo mi espera final algo tortuosa. Roso sus labios junto con los míos, produciendo que mi mirada se cerraba en un puro acto de total agrado moviendo también mis manos en dirección a su cuerpo; quería besarle con profundas ganas.

-No te muevas, Allison. 

Pronunció sobre mis labios, sintiendo contra ellos su cálido y suave aliento. 

-No estás permitida a tocarme. 

Abrí la mirada, encontrándome con aquellos ojos verdes a escasísimos centímetros de los míos que me observaban con oscura mirada, muy maliciosa, pero al mismo tiempo con aquel tinte de la misma o mayor excitación que yo estaba experimentando.

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora