Vigésimo Tercer Capítulo

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Caminé primero luego de susurrarle a Thomas que me dejara, que tenía una leve idea de quien podría ser y no estaba equivocada.

Le miré con total desconcierto. ¿Cómo había podido subir hasta aquí? No podía evitar sentir aun toda ese enojo y total repugnancia por este hombre y seguía preguntándome como pude en algún momento quererle o tener algún amable sentimiento por él.

Reaccioné cuando me percate de su mirada a mí y como con gracia y total desequilibrio trataba de caminar a mi dirección, mientras me sonreía, muy feliz al parecer de verme.

-Bella, Allison...

-¿Cómo ha entrado aquí, Dean?

Di unos pasos también hacia él cuando él de pronto se detuvo. Me observo con paciencia, analizándome de manera pasiva.

-He venido a buscarte.

Susurró.

-Debes irte. Vete ahora. No es bueno que estés aquí.

-¿Te preocupas por mi ahora?.

Preguntó soltando una fuerte carcajada.

Estaba hecho un desastre; todo sucio y con sus ropas dañadas.

-¿Quieres hablar conmigo?

Dio dos pasos hacia mi dirección, pronto sosteniendo su brazo en el aire apuntándome temblorosamente con uno de sus dedos.

-Tu vendrás conmigo, Allison. He venido por ti y me iré contigo.

Suspire débil. Debía actuar rápido.

De pronto su rostro se desfiguró en una más intensa y gran sonrisa, dando un sonoro aplauso.

-¡Thomas Owen!

Grito con fuerza. 

-Quien faltaba para unirse...

Giré mi cuerpo enseguida encontrándome con Thomas detrás de mí y pidiendo únicamente con mi preocupada expresión y mi mano en el aire que se mantuviera en su sitio. Justo allí donde se encontraba. Que no se moviera de su lugar.

-¿Has disfrutado de mi chica, Owen?

Se dirigió a Thomas, mirándole sin alguna miedo. 

-Porque ella me pertenece.

Me observo a mi nuevamente; su mirada estaba fuera de órbita. 

-¿Se lo has dicho, Allison? ¿Le has dicho que me perteneces?

-Dean...

Susurré sin oportunidad de más cuando su voz con fuerza resonó en la habitación.

-¡¿Se lo has dicho?!

Gritó. 

Contuve el aire de golpe. Sabía que peligroso era esto; cuando él se ponía de esta manera tan fuera de sus cabales, adicionando seguro mucho alcohol y alguna que otra droga. Tragué saliva con dureza.

-¿Quieres hablar conmigo? Hablaremos, los dos, hablaremos. Pero no aquí.

-Allison...

Llamó con urgencia Thomas detrás de mí; volví únicamente a detenerle con mi mano en el aire pidiendo que se quedara en su lugar, que no se moviera.

-Por que....

Quedó en aquello cuando soltó un fuerte bufido, llevando sus manos al rostro frotándolas con fuerza, como si estuviera sacándose todo el pesar o el cansancio que traía.

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora