Trigésimo Segundo Capítulo

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Deje sobre la mesita de centro mi tazón de té tomando luego desde esta misma la carpeta transparente con diferentes papeles. La abrí echando una rápida leída a su contenido. No necesitaba leer mucho para saber que se trataba sobre el problema que había surgido con Matt. En la semana Thomas había pasado bastante tiempo con su abogado. Se había encargado en no decirme mucho, solo mantenerme lo suficientemente informada.

Por un lado el tema me preocupaba inmensamente pero por otro, no lo sé, estaba demasiado confiada en que Thomas tenía el tema bajo control. Y siendo totalmente sincera, prefería que estuviera haciendo todo esto por medios legales que por medios violentos.

Volví a dejar la carpeta sobre la mesa queriendo olvidarme de ella y de Matt sobre todas las cosas. Luego de lo sucedido, por obvias razones, no le vi más en la empresa y eso me tenía bastante contenta. No quería volver a saber de aquel hombre por lo que me resta de vida.

Tome la cafetera buscando el tazón de Thomas llenándolo luego hasta casi el tope con café. Lo tome con ambas manos lista para ir en su búsqueda pero antes de dar un paso fuera de la cocina él ya se encontraba ante mí. Me detuve en seco juntamos mis pies descalzos sobre el frió mármol.

-Iba a llevarte el desayuno a la cama.

-Yo ya he desayunado. Y de qué manera, Allison.

Tomo el tazón con una de sus manos mientras la otra se movía rápida a mi trasero dando un agarre de esos con muchas ganas. Sonreí sabiendo muy bien a lo que se refería.

Anoche habíamos ido a cenar como parte de la despedida a mi último día en la empresa. Yo había bebido un poco de más. Recordaba muy bien todo y como el alcohol me había puesto bastante prendida. Fue una noche bastante provechosa para ambos.

-¿Por qué te has levantado? Es sábado podemos quedarnos en la cama un poco más.

Dije acercándome totalmente a él poniendo expresión de piedad acompañada igual de aquel tono que usaba especialmente cuando algo quería conseguir. Estábamos ambos vestidos de manera muy hogareña; él con su buzo de pijama más una remera negra simple y yo también con una remera de aquellas simples y solo en bragas. Era perfecto para quedarse en cama todo el santo día.

-Porque tengo algo que mostrarte hoy.

-¿Algo? ¿Qué es?

Él sonrió de aquella manera tan juguetona.

-No te diré ni una palabra.

-Sigo odiando las sorpresas.

-Deberías ya estar acostumbrada.

Rodee mis ojos queriendo molestarle. Él se me acerco mucho más, poso su mano detrás de mi espalda empujándome contra él quedando de aquella manera en una posición muy intimidante frente a mí.

-Estás solo en bragas. Y en la cocina. Compórtate.

Le mire con ansiedad conteniendo con ganas el querer acercarme y besarle. Eleve el rostro unos centímetros para que viera que podía mirarle con seguridad y frescura aunque no me sintiera para nada de aquella manera cada vez que estaba así tan cerca de él.

-¿Saldremos de inmediato?

Pregunté cambiando de tema radicalmente. Hizo un maravilloso gesto con sus labios alzando las cejas con frescura.

-Tenemos que estar ahí a las doce.

Asentí lentamente mirando alrededor pensando en lo malvado que era por no querer decirme nada. Me irritaba de sobremanera el que se pusiera tan misterioso así de repente. No era para nada justo.

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora