Segundo Capítulo

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Mire nuevamente el papel entre mi mano ahora si completamente arrugado. ¿Por qué me lo había entregado? ¿Era su forma de decir adiós?

 No, no la era. Me lo había dejado claro con sus últimas palabras antes de dejarme en la liberaría hoy.

Gracias por ese paraíso personal...

Había leído solo esa frase millones de veces y otras más repetirlas en mi mente. 

Pensar en ese lugar tan propio me hacia querer correr hacia él nuevamente y solo mantenerme a su lado, dentro de ese espacio que habíamos creado para ambos con trabajo para dejar al otro conocer un poco más del otro.

Junto a las palabras escritas en el papel, le acompañaron dentro de mi mente las suyas dichas esta mañana-tarde en la librería. Y era una sarta de sentimientos completamente envolviéndose los unos a los otros, generando algo tan grande y fuerte muy similar al miedo, pero por una lado muy similar también a esa infinita felicidad que a veces puedes sentir. 

Y solo podía preguntarme y repetirme una y otra vez: ¿Qué debo hacer? Antes de su visita hoy, en la mañana al despertarme tenía claro, estúpidamente, que no volvería a verle porque así lo quería. Pero al verle hoy me di cuenta de que eso no era realmente lo que quería. A pesar de todo, el verle hoy había sido lo más increíble de estas últimas semanas.

Me acomode en el sillón echando la cabeza hacia atrás profundamente confundida por mis pensamientos, mientras volvía a presionar con fuerza el papel entre mi mano. 

Le había echado inmensamente de menos y el ver esa mirada tan única, ese rostro tan rígido y bello y ese cuerpo tan hecho a la perfección para mi, fue una pequeña cura a toda la enfermedad que sentía dentro que estaba carcomiéndome.

-¿Necesitas algo?

Mire a mi amiga quien se acercaba a mí a paso cuidadoso.

-No, gracias.

Le respondí de vuelta. 

Me dedique un segundo a escuchar la lluvia, que nuevamente golpeaba contra las ventanas y el techo de la casa y desde allí podía escuchar como esta golpeaba también contra el suelo allá afuera.

-Deberías ir a descansar.

Me susurro sentándose a un lado de mi en el sofá, en la parte del respaldo bajo de este. 

-Te hará bien dormir, no fue una mañana fácil.

-Por lo mismo. No podría dormir. No puedo dejar de pensar en todo esto.

Le dije algo realmente fastidiada, recostando nuevamente mi cabeza en la blanda textura del sofá.

-¿Que te ha dicho?

-No dejara que esto se termine.

Le susurre haciendo el más corto resumen de todas sus palabras esa mañana. Ella dio un pequeño profundo suspiro.

-No debería decirte y tampoco sé si ayudara o no pero...

Me acomode en mi sitio para poder observarle mejor atenta a sus anteriores palabras. 

-Él estuvo llamando todas estas semanas preguntando por ti. Realmente preocupado. Me ha pedido que no te dijera nada porque suponía como estabas y no quería fastidiarte.

Recordé sus palabras de esta mañana, "he esperado lo suficiente", y de seguro se refería a nada más que a eso.

-Entiendo completamente lo que ha sucedió y como te sientes por eso. Pero dime una sola cosa, Allison. Si dejas realmente que esto se termine y te alejas de él, ¿crees que volverás a encontrar a alguien que te ame de la forma en que este chico lo hace?

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora