Contuve una gran bocanada de aire dentro de mi boca al tiempo que presionaba mi brazo alrededor de Thomas con algo más de fuerza. En verdad me había acercado mucho a él. Estaba ansiosa y nerviosa debía reconocerlo.
-¿Por qué estas nerviosa?
Preguntó. Le mire a mi lado negando suavemente mientras esperábamos que alguien abriera la puerta de casa de sus padres.
-No estoy nerviosa. Creo que...estoy un poco preocupada.
-¿Preocupada? ¿Por qué?
Inquirió nuevamente esta vez con una dulce sonrisa observándome aun.
-La primera vez que vine las cosas no salieron del todo bien.
De pronto me observo con leve disgusto. Tomo de mis brazos con sus manos para esta vez mirarnos de frente. Dio un paso hacia mi elevando con suavidad me mentón con una de sus manos.
-Todo estará bien. ¿Cuántas veces debo decirlo para que lo creas?
-No puedo estar tranquila con Matt sabiendo la verdad.
Dije sincera. Claro que me preocupada y lo que había pasado hoy por la tarde me había dejado con la guardia demasiado alta. Thomas no le veía el peso a la situación pero yo sí, sabía que si alguien más –alguien importante tanto como para él o para mí- llegará a enterarse de lo que Matt ya sabe, las cosas ya no estarían para nada bien.
Separó sus labios preparado para decir lo que fuera, pero al segundo las dos grandes puertas de la casa se abrieron ante nosotros mostrándonos a una demasiado feliz Caitlin. Ella sonrió con inmensas ganas al vernos soltando una contagiosa risita de aquellas que siempre regalaba.
-¡Han llegado!
Gritó por sobre su hombro.
-¡Por fin están aquí! ¡Feliz cumpleaños, hermano!
Dijo ella con gran entusiasmo y alegría acercándose a su hermano y demostrarle en un gran abrazo lo entusiasmada y contenta que se sentía por verle y por toda la ocasión que nos reunía a todos esta noche.
-He escuchado aquello lo suficiente hoy.
Él correspondió gustoso. Podía identificar con solo escuchar el tono de su voz cuando algo no le agrada o si lo hacía. Esto lo tenía bastante contento.
-Lo he escuchado de ti como cinco veces.
Tomo el rostro de su hermana entre sus manos dedicándole una dulce caricia.
-Gracias. Lo has hecho especial.
Caitlin sonrió plena de felicidad. Había dedicado mucho en esto y que Thomas, conociéndolo como lo conoce, le dijera aquello y realmente disfrute de esto, significaba el mundo para ella.
Caminamos por el pasillo que nos llevaba hasta el gran comedor mientras Caitlin no dejaba de repetir que nos encantaría lo que tenía preparado. Thomas bromeo un poco con ella diciendo que no era su fiesta de quince, que ya había pasado hace mucho. Ella simplemente puso los ojos en blancos ignorando por completo las palabras de su hermano. Yo no podía nada más que reír cada vez que ambos estaban juntos. Eran una combinación demasiado exquisita.
-¡Sorpresa!
Dijo ella al instante que podíamos ya ver con claridad todo el panorama dentro del comedor. Sonreí mirándola alrededor.
Esta vez sí que merecía algo por esto. Su trabajo siempre era tan impecable. Había decorado el lugar de manera sencilla pero sobria pero dando pequeños detalles que iluminaban el lugar con encanto. Velas y flores de diferentes formas y colores se ubicaban en diferentes partes de la habitación. En el centro del lugar una mesa que contenía comida y bebidas y rodeado por ello se encontraba una figura no sabía hecha de que de, pero si pude reconocer que era "Amelia". Era una réplica exacta pero obviamente a menor escala. Bellisima.
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Mía & Para Siempre: Burning Up
Novela Juvenil¿Qué haces cuando te sientes perdida en el dolor? ¿Qué sucede? ¿Qué hay que esperar? ¿O simplemente dejarse caer ahí? Había todo dejado ya caerse dentro pero seguía en pie, porque eso era el propósito final del dolor. No interesa como estés destroz...