Cuadragésimo Cuarto Capítulo

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Para el mes y dos semanas de mi embarazo fue programada la primera visita al doctor, la cual coincidía con las dos semanas que  faltaban para el matrimonio. Y todo ya estaba listo. O al menos eso Caitlin nos había informado.

Siendo sincera no estaba muy consciente de ese día aún. Me importaba, claro que sí. Quería estar al tanto de todo, por eso también hacia llamadas a Caitlin constantemente preguntando como todo iba. Pero era algo extraño. No me sentía ansiosa o nerviosa. Estaba nada más esperando por el gran día.

Observe a Thomas al notar el fuerte suspiro que salió de sus labios. Sonreí y mantuve mi mirada en él en todo momento, hasta cuando su mirada se encontró con la mía. Mi sonrisa se hizo aún más grande y es que me parecía un encanto que estuviera tan nervioso.

Le extendí mi mano y él rápidamente se acercó juntando nuestras manos en una fuerte unión.

-No estés nervioso.

-No lo estoy.

Discutió enseguida terminando de sentarse cómodamente a mi lado. O al menos intentarlo. Volví a sonreír con ganas. Era un encanto.

-¿No está demorando demasiado?

-Aún quedan unos minutos para la hora.

Comenté observando el reloj que colgaba en la pared del lugar, al tiempo que le veía a él observar su reloj.

-¿Puedo haber sido más fácil y rápido, lo sabes, verdad?

Rodeé los ojos como lo hice las tres veces anteriores en la que insistió en ponerme a mí en cuidado y también al bebe en alguno de aquellos doctores que él conocía tan bien. Me negué simplemente porque la doctora Chase me había ya dado toda esa confianza que necesitaba para ponerme en sus manos sin sentir temor de nada.

-¡Ella es muy amable! Te gustara, ya verás.

Le comenté. Sus ojos verdes se posaron en mí, observándome nada convencido. Me acerque posando mi cabeza contra su hombro suspirando algo aburrida. Comenzaba a aburrirme, también. Creo que habíamos llegado muy temprano.

-Quiero pastel de chocolate después de salir de aquí, por favor.

Note su pequeño bufido y le observe viendo la amplia sonrisa en su rostro.

-Todos los que quieras, amor.

Sonreí de vuelta tan encantada.

Estaba tan concentrada observando las caricias que nuestras manos se daban, que no me percate cuando la mismísima doctora Chase apareció en la pequeña recepción.

-¡Me alegra mucho que hayan venido ambos! Por favor, pasemos dentro.

Nos indicó y nosotros obedecimos sin tardanza. En nuestro camino, dirigí una mirada de reojo hacia Thomas notando como él observaba el lugar con mucho cuidado, inspeccionando todo. Lo hice también por unos segundos, encontrando todo en orden a mi parecer.

Al tomar asiento, las primeras preguntas fueron sobre mi estado en las pasadas semanas y mi respuesta fue un muy seguro "me he sentido bastante bien", claro dejando de lado algún que otro mareo y malestar al comer. Pero nada grave o repugnante.

En los primeros minutos, la Dr. Chase se dedicó a explicarle a Thomas todo lo que sabía de mi embarazo por la primera visita hecha hace unas semanas, aquel mismo día que me entere. Él escucho atento, asintiendo y no haciendo ninguna pregunta al terminar.

Luego vino el momento de elaborar lo que ellos llaman la "historia clínica" del embarazo, de mí. Pasamos unos largos minutos entre preguntar tales como si ha habido abortos previos, alguna enfermedad importante, alergias, intervenciones quirúrgicas, hasta mis hábitos de vida y alimentación. Todo aquello que fuera importante y relevante para el desarrollo de mi embarazo.

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora