Vigésimo Quinto Capítulo

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Mire aquel lugar por largos minutos desde afuera siendo completamente incapaz de moverme de mi lugar para poder entrar. Muchos recuerdos volaban y se entrelazaban dentro de mi mente, luchando y obviando uno al otro. Era extraño y vagamente difícil el estar aquí; el volver a donde antes pertenecíamos.

Había pasado tanto tiempo ya. Realmente se me hacia una vida. Todo este tiempo con Thomas había hecho tan fácil en algún momento el total alejamiento de esta vida, incluso sintiendo que no había huella de ella en un pasado. Que no había sido parte de este mundo tan oscuro nunca antes.

El lugar parecía igual de mal cuidado que siempre. Parecía como si estuviera cerrado, como si nadie estuviera dentro del local. Y al entrar me di cuenta de que no estaba equivocada. Obviamente el lugar no estaba funcionando luego del ultimo importante y devastador acontecimientos para todos quienes trabajaban y conocían a Dean desde hace ya años, muchos de ellos incluso un par de años antes de que yo le conociera.

Todo alrededor era tan lúgubre, inundado en oscuridad y una atmosfera de tristeza que parecía crecer y crecer a cada segundo que seguían allí, sintiendo desagradablemente que era capaz de afectarse en cierta manera.

Me había dedicado a inspeccionar el lugar, mirar por cada rincón desde un punto centro, únicamente moviendo mi mirada y rostro por el lugar con brazos bien sujetos bajo mis senos sintiendo la presión de mis manos alrededor de mi cuerpo también. 

Era tan surreal estar aquí; muy parecido a esos tipos de sueños que sientes no tienen un final, puedes sentir que te mantendrás atrapada dentro de el de por vida siendo consumida por tus mayores miedos. Estar aquí era muy similar a eso.

No me di cuenta cuando Suzie había comenzado a hablar con Camille hasta cuando ella grito por mi nombre por el recinto haciendo que enseguida dejara mi propia interna preocupación por una que era de urgencia.

-Me alegra mucho verte. 

Correspondí al agradable saludo de Camilla porque el sentido era realmente reciproco; me alegra verla y saber de ella incluso en estas circunstancias.

-¿Cuándo será el funeral?.

Preguntó mi amiga.

-Mañana. Solo entierro. Pueden imaginar por qué.

Podía imaginar por qué. Seguro no podían hacerse cargo de algo más.

-¿Qué harán con el lugar? 

Pregunté yo esta vez interesada.

-Por eso he pedido que vinieras hasta aquí.

Le mire no evitando para nada mi confusión y sorpresa por su declaración.

-Este lugar es tuyo, Allison. Debemos esperar a que digas lo quieres únicamente.

Moví el rostro aun quedando pendiente en sus primeras palabras de aquella que me había parecido una interminable oración.

-¿Qué has dicho?

Ella junto sus labios suspirando con fuerza. Lucia cansada. De seguro no había dormido o descansado debidamente desde hace un par de días. 

-Acompáñenme a su oficina.

Cada escalón subido era un antiguo recuerdo en este lugar y había de todo, bueno y malo, en cada rincón del espacio. Di una rápida vista a la segunda planta, la cuál era mucho más grande y espaciosa que la primera. Habían más de diez cuartos.

La oficina de Dean se encontraba en el pequeño pasillo al girar hacia la derecha en cuanto dabas pie en el segundo piso. El lugar era un desastre. Al parecer había pasado por una rabieta bastante fuerte para dejar cada objeto en el suelo. 

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora