Intente alejarme. Como si eso fuera a realmente ayudarme. Me detuve de golpe, respirando con mayor fuerza cuando mis piernas chocaron abruptamente con la mesa.
Mi cuerpo se estremeció con fuerza. Tan pero tan fuertemente.
Estaba haciéndoseme increíblemente difícil el poder respirar. Tampoco mis extremidades eran capaces de hacer movimiento. Nada estaba en correcto funcionamiento ahora mismo. Simplemente mi mente era la que no podía controlar.
Miles y miles de preguntas cruzaban por mi mente a velocidad de rayo. Una hiriendo más que la anterior. Conocí la respuesta de todas esas preguntas. Hace muchos años que había dado una simple y lógica respuesta a todas ellas.
Ella no me quiere. Nunca lo hizo.
Y eso, por alguna razón que nunca había podido entender, desgarraba mi corazón. Ni siquiera Thomas sabia de eso.
Pestañee cuando al parecer tuve la necesidad de hacerlo. No era capaz de hacer más. No podía creer lo que estaba pasando. ¿Podría estar equivocada? Pero no. Esa mirada jamás la olvidaría. Era el recuerdo más vivo que tenia de ella desde...siempre.
-Allison...
Susurró luego de tan largo silencio y mi primera sensación fue de total repulsión.
-¡No!
Solté con fuerte tono, aun así mis lágrimas luchaban por dejarse caer por mis mejillas.
Mi impactada mirada se dio el rápido segundo de mirarle con detención, un rápido estudio de pies a cabeza. ¿Y si estaba realmente equivocada? Esta mujer parada frente a mí, no parecía ser ni la sombra de la mujer que recordaba; aquella que me había abandonado y herido tanto.
Vestía un bien cuidado y muy elegante traje de dos piezas color gris, con sus respectivos tacones altos a combinación y también con el bolso que le hacía juego, el cual colgaba seguramente de su mano.
Su cabello negro descansaba sobre sus hombros con misma elegancia, extendiéndose hasta la mitad de sus hombros, cubriendo por aquí y allá parte de sus mejillas y también por su frente por el flequillo que tenía.
Volví a posar mi mirada en la suya y no había duda. Era ella.
-Sé que...
Comenzó nuevamente pero esta vez intento acercarse y como pude di un movimiento queriendo únicamente alejarme de ella. No la quería cerca. No podía tenerla cerca.
-¡No sigas! Detente...
Le exigí reprimiendo el aire con la mayor de las necesidades dentro de mis pulmones, haciendo que aquella acción incluso doliera. Lleve una de mis manos a mi plano estomago sintiendo extrañamente el dolor en mi costado, justo en aquella cicatriz.
-Por favor...
Pidió en un susurró. Ella parecía estar tan acomplejada, tan sentida por lo que fuera que estuviera sintiendo. Pero aun así, me sentía tan reacia. Debía marcharse.
-Me gustaría hablar contigo. Necesito...
-¡No quiero escucharte!
Le mirada aun bien abierta observándole, dejándole muy en claro mi posición. Ella guardo silencio solando un tan resignado suspiro. Sentí como por el rabillo de uno de mis ojos una cálida lágrima caía por mi mejilla de manera tan pero tan lenta.
-¿Qué fue lo que te hizo pensar que yo quería o incluso necesitaba hablar contigo? No quiero oírte, no quiero verte... ¡Solo vete ahora mismo!
Volví a hablarle con la poca paciencia y fuerza que sentía me iban quedando. Mi respirar fue más apresurado a segundos y me sentía mucho más afectada, abrumada y tan desesperada.
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Mía & Para Siempre: Burning Up
Teen Fiction¿Qué haces cuando te sientes perdida en el dolor? ¿Qué sucede? ¿Qué hay que esperar? ¿O simplemente dejarse caer ahí? Había todo dejado ya caerse dentro pero seguía en pie, porque eso era el propósito final del dolor. No interesa como estés destroz...