Décimo Noveno Capítulo

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Camine el corto tramo que había entre el ascensor y la oficina de Thomas en el último piso de esa majestuosa infraestructura. Mire a la rubia quien era su secretaria y ella hizo el mismo gesto  notar mi presencia y note como su mirada sutilmente cambio, estaba molesta por tenerme allí frente a ella.

-Necesito hablar con el Señor Owen un minuto. ¿Podría?

Pregunte acentuando la última palabra con el más dulce tono y sonrisa. Pero la rubia me odiaba.

-Esta realmente ocupado. No podrá atenderte. Además, sabes muy bien que el Señor Owen funciona con citas programadas. Su tiempo vale.

Dijo la rubia, mientras seguía trabajando en la computadora a toda prisa. 

Estúpida. Mascullo sutilmente mi subconsciente. 

Le hubiera llamado primero antes de subir para nada. Me di la vuelta caminando en dirección al ascensor totalmente derrotada por mi mal intenso.

-Señorita Dickinson...

Gire mi cuerpo a dos pasos de haber estirado mi brazo y presionar el gris botón. Él estaba parado correctamente encajando perfecto en el traje nuevo que esta mañana le había visto ponerse. Amaba realmente como lo formal le quedaba de maravillas pero sin duda lo informal en él remarcaba ese lado sensual y joven que amaba mil veces más. 

Thomas giro su rostro a la rubia quien le observaba, dedicándole una de esas mirada que era un perfecto llamado de atención. 

-Pase, por favor.

Murmuró extendiendo su brazo en dirección a su oficina, esperando aun correctamente allí parado por mí. Luego de todas esas imágenes de nosotros mostradas vueltas en revistas y en la televisión, nos daba ya bastante lo mismo lo que los demás -para ser sincera, exclusivamente la gente de la empresa- pensara sobre nuestro "idílico" romance.

-Señor, tiene una reunión en diez minutos. Para ver los últimos detalles de LVHM y la inauguración.

Salto la rubia desde su puesto claramente. 

Mire sobre mi hombro cuando ya me encontraba dentro de la oficina. No pude evitar sentirme felizmente ganadora por lo anterior. Y sabia que por lo anterior la rubia ahora sí que no me pasaría.

-Cancélela, Emma. Puedes acomodarla en la tarde, estoy seguro.

Hablo con seguridad pura, mostrando frente a ella ese tono frió que te hacia sutilmente estremecer. Ahora si ella me odiaba realmente.

-Puedo volver luego. Esa reunión es importante, Thomas.

Dije cuando la puerta ya estaba correctamente cerrada sin algún riesgo de algo. Él me observo sonriente como estos últimos días lo hacía a menudo y debía reconocer que me estaba fascinando observarle de esa forma.

Luego del horrible accidente las cosas habían vuelto en calma de a poco. Incluso con Dean. No había vuelto aparecer donde Suzie a darle la molesta lata de querer hablar con ella y eso me tenía algo más tranquila, sobre todo por ella. 

Lo otro, aun lo sentía en medio de mi pecho pero no atormentaba. Solo no quería mas guerra con Dean. Después de lo sabido no quería volver a verle. Me importaba incuso una mierda si seguía respirando o no. De todos modos, no lo merecía.

Thomas había vuelto a enfocar toda su atención en lo que es el proyecto con LVHM. Los últimos acuerdos y detalles ya estaban afinados, lo que le llevo bastante tiempo y mucha dedicación y como él poco sabia de esos conceptos. No paro de maquinar con respecto a eso las ultimas semanas antes del accidentes y los días posteriores también. 

Mía & Para Siempre: Burning UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora