Fearless | Harry Styles

XLVII

Harry.

Llamé hace dos días al jefe de Carter para pedirle permiso de que nos deje irnos de vacaciones, ya que Carter no quiso hablarle, y es raro porque ella gustosa habla con él. En fin, él nos dejó una semana, por lo cual estamos preparando nuestras maletas para irnos el domingo a Puerto Rico. Fui a la habitación de Carter, entrando y viendo a mi chica acostada sobre la cama, aún con su pijama a pesar de que ya son las 2 de la tarde. Ella mantenía grandes ojeras y teme cada vez que la dejo por un segundo. Algo extraño le pasa y si no quiere decirme, tendrá que hacerlo de todos modos.

— Carter, ¿ya terminaste tu maleta? — pregunté, sentándome en la orilla de la cama.

— Si, desde hace mucho — me miró — ¿por qué tardaste mucho en venir?.

— Bueno, recalentar la comida tiene su tiempo.. ¿bajas a comer?.

— No ya no, lo siento. Se me quitó el hambre.

— Vamos, rechazaste el desayuno y la comida, y me dijiste que la recalentara de nuevo y ¿ahora ya no tienes hambre? — alcé una ceja — ¿acaso estás enferma, cariño?..

— No, no. De repente así me pasa.. hemm, se me quita — miró nerviosamente hacía un lado.

— Carter, mírame — ella conectó sus ojos con los míos — se sincera y dime qué te pasa, si te pregunto es porque me preocupas.

— Nada Harry, no es nada.

— Eso no me convence — le advertí con mi mirada — ¿acaso tienes.. anorexia o algo así?, ya no quieres comer.

— No, diablos, claro que no. — se sentó sobre la cama — tengo miedo, ¿sí?. Miedo a que alguien logre separarnos, o hacernos daño. Temo a eso, y por eso mismo he estado tan preocupada, también quiero irme lo antes posible por esa misma razón, quiero estar lejos contigo.

— Amor.. ya lo hemos hablado muchas veces — me senté a su lado y rodeé mi brazo alrededor de sus hombros — te prometí jamás dejarte sola, y hablo de dejarte para siempre.., no para irme al baño o algo así ya que no quieres ni eso.. — ella rió — siempre te tendré conmigo, y si tanto quieres irte, solo recuerda: nos iremos ya mañana.

— Gracias al cielo — me abrazó fuertemente.

— Solo una cosa..

— ¿Qué?

— Acaso, ¿alguien te molesta para que ya quieras huir, acaso es Liam?.

— ¿Eh? — la sentí tensarse — he no, no.

— ¿Segura?..

— Totalmente, ahora, abrázame más — se acurrucó más a mí y yo la abracé aún más fuerte.

Carter.

Hay una razón por la que no quiero decirle nada a Harry y es porque si le digo, él evitaría que nos fuéramos a Costa Rica para investigar con los policías a Liam y el chiste es que ya me quiero ir, lejos, muy lejos con él. Ya cuando regresemos, ahora sí, le diré todo a Harry. Pero por ahora, solo quiero estar con Harry disfrutando de nuestro tiempo a solas. Taylor y Jorge vinieron a visitarnos y despedirse de nosotros con pizza y vino, estamos muy cómodos los cuatro en mi casa viendo películas.

— Chicos, espero que tenga un buen viaje — dijo Taylor, sonriendo.

— Gracias Tay, solo esperemos que si — dije, cogiendo la mano de Harry y recostando a la vez mi cabeza en su hombro.

— Ya saben, quiero fotos del buen paisaje de allá.. — comentó Jorge y nosotros reímos — ¿qué?, sería asombroso tomar un par de fotos en Costa Rica, en la atardecer e incluso..

— Tranquilo eh, tus temas de fotografía la dejamos para después, cielo — dijo entre risas Taylor, y él le miró con un puchero.

— Podría comprar otra cámara instantánea y tomar recuerdos para dárselos, ya saben, como cuando fuimos a Nueva York — dije con una sonrisa.

— Literalmente tomaste a cada rato, cada movimiento que hicimos están capturados — se burló Jorge, dándole un mordisco a su pizza.

— Hey, no fueron tantas..

— Carter, allá arriba hay como una caja llena de tus polaroids — dijo Harry mientras me sonreía dulcemente.

— Bueno sí, pero prometo tomar ahora sí pocas..

— Por mi toma bastantes, pero ya saben.. nada de fotos de ustedes teniendo intimidad — canturreó Taylor con una sonrisa traviesa, mis mejillas y las de Harry se enrojecieron.

— ¡Taylor!, y créeme que no, no les daría algo así.. — reí, tapando mi risa con la palma de mi mano.

Pasamos la noche entre más risas y platicas de posibles viajes que queríamos hacer en un futuro, de nosotros dos, de los cuatro juntos. Teníamos muchos planes y metas por cumplir. Jorge y Taylor se despidieron de nosotros para dejarnos descansar porque mañana nuestro vuelo salía a las 6 am, y teníamos que estar tres horas antes en el aeropuerto. Dejamos Harry y yo todo preparado y ambos al terminar, nos fuimos a descansar en nuestra cama.

— Estoy muy emocionada, ¡ya quiero que sea mañana! — chillé, mirando hacía el techo.

— Yo también, quiero estar en la arena, tu abajo y yo encima de ti — se giró hacía mi, rozó sus labios en mi cuello, creando una deliciosa sensación.

— Y yo quiero que me beses — me giré quedando frente a él, tomando su rostro con mis manos y viendo sus ojos, aunque nos los veía con claridad debido a la oscuridad.

— Anda, bésame.. — murmuró y yo reí levemente.

— Con una condición..

— ¿Cuál? — sentí sus manos en mi cintura, acariciando y subiendo sus manos en mi espalda.

— Que te cases conmigo..

Sus movimientos se detuvieron, no podía ver su expresión pero creo que sonrió. Omití mis risas, y besé de pico sus labios.

— Amor, usualmente los hombres piden matrimonio a las mujeres.. no ellas a ellos.

— ¿Quién lo dice?.. — alcé una ceja, aunque no pudiera verme.

— Bueno ya, me actualizo y dejo las costumbres de antes — bromeó riendo — así que, ¿y mi anillo?..

— Mmm, bueno. Aún falta comprarlo pero por ahora, quiero que me respondas a la pregunta — sonreí, rodeando mis brazos en su cuello.

— Acepto, quiero casarme contigo, oh mi dios, ¡por supuesto que sí! — exclamó como si fuera mujer y yo carcajeé.

— ¡Nos casaremos!

— Cuando lleguemos del viaje, haremos juntos los planes de la boda y.. prometo pedirte matrimonio de una forma muy especial..

— No tienes que hacerlo Harry, enserio.

— Oh sí, claro que lo haré.. — besó mi mejilla y después mis labios para luego separarse — quiero que sea inolvidable para ambos. Porque en primera: quiero nuestro matrimonio sea para ti como el primero, porque yo si te amaré hasta la muerte y te haré sentir una princesa cada día que estés junto a mí. Y segundo: porque sería mi primer matrimonio.

— Amor.. — mi voz se quebró — te amo tanto, y créeme que será como el primero, porque para mí el pasado ya no existe, es como si nada de lo que pasó, fuera real. Y... será tu primer y único matrimonio, señorito. — reí, sintiendo una lágrima resbalarse por mi mejilla.

— Claro que si, nena. Te amé desde la primera vez y así será cuando ambos estemos viejitos.. y vivamos nuestro último momento — me abrazó — Te amo, y descasemos, tenemos que levantarnos temprano.

— Te amo y buenas noches — dije, recostando mi cabeza en su pecho.

— Yo igual te amo, y buenas noches.