Fearless | Harry Styles

IV

— ¿Qué dices? — abrí mis ojos hasta el tope — Yo no me he enamorado, y además, no creo que alguien se enamore en tan sólo una noche.

Reí ligeramente, tomando un trago de mi botella de agua.

— Al parecer tu sí.
— Taylor — espeté seriamente
— ¿Qué?, sólo digo la verdad — rió, yo rodé mis ojos — Bueno, no, no te has enamorado, ¿contenta?
— Mucho mejor — sonreí satisfecha
— ¿Entonces qué es lo que realmente sientes por aquel chico?
— Deseo, curiosidad — mordí mi labio inferior — Ha pasado mucho tiempo desde que me sentí de esa manera. Esas ganas de...
— Okey, lo entiendo — reímos — ¿Y por qué no lo buscas?
— Porque él ahora me odia — cubrí mi cara con ambas manos, estaba desesperada.
— No lo hace — murmuró
— Además, no recuerdo su dirección de su casa — la miré — Estaba tan sumergida en el placer que no recuerdo cuando él me llevo a allá, todo fue tan rápido — suspiré — Y al momento de retirarme, olvidé mirar hacia aquella dirección. No puedo ir a buscarlo.
— Bueno, pero has de recordar algo.
— No — negué — No recuerdo nada, sólo su casa, la forma como era, pero lo demás, nada.
— Entonces, vete olvidando de él, no hay otro remedio.
— ¡No! — grité rápidamente — No puedo dejarlo ir, necesito hablar con él.
— Entonces ya sé lo que pasa, tú sólo quieres disculparte por esa noche, ya que decirle el nombre de otro en pleno acto te hace sentir culpable, y sólo quieres pedirle perdón. Ahí está, solamente es la necesidad de disculparte.
 — No es sólo eso — miré la punta de mis zapatos — El deseo de estar con él es más fuerte.
— No te entiendo Carter — negó cansada — Estás siendo rara.
— ¡No! — me levanté de la banca — Harry me hace sentir cosas diferentes, y lo deseo, lo deseo mucho.
— ¿Qué hay de Liam? — se paró junto a mí — ¿Le pedirás el divorcio?
— No — ella golpeó su frente — Ha Liam lo amo.
— ¿Eres idiota? — me miró sin creer — Él te engaña, y tú no haces nada por reclamarle. Si fuera tú, me iría con Harry, sin pensarlo.
— Pero el problema es que no se si Harry me desea como yo a él — crucé mis brazos — Si no es así, no lo busco y me quedo con Liam.
— Estás ciega amiga.
— No, no es así.
— Él te engaña con otra mujer, él se acuesta con otra mientras tú te quedas en casa leyendo un libro mientras lo esperas — me agitó tomándome por los hombros — Conociste a Harry, un chico que te hizo sentir diferente, algo que no sentías en años, sólo ve y búscalo.

Bajé mi cabeza. Taylor siempre tiene la razón, pero yo no puedo dejar ir a alguien que conozco desde hace mucho tiempo, y sin embargo, amo. Mordí mi labio, queriendo llorar ahora mismo frente a ella.  

— Quiero pero no puedo — me solté de su agarre — Tengo miedo, de enamorarme de Harry si algo pasa entre nosotros, y miedo a que Liam me deje, sueno como idiota, pero no quiero que me deje, es mi esposo y lo amo.
— Pero...
— Sé que me engaña — mis ojos de cristalizaron — Pero no por eso puedo dejar de amarlo, odio lo que me hace, eso sí, lo detesto, me siento tonta. Pero es Liam, mi esposo. Con él he pasado tantas cosas.
— Creo que será imposible que recapacites.
— Olvidemos esto, ¿sí? — ella suspiró pesadamente — Vamos a un café.
— No queda de otra — dio una leve risa, y tomó sus cosas de la banca para irnos directo a la cafetería.

El camino hacia el local fue corto, una vez ahí pedimos un café junto un par de donas, nos sentamos en una mesa cerca de una ventana, y comenzamos a devorar nuestro pedido.

— ¿Quieres ir de compras después de esto? — habló con la boca llena, haciéndome reír, estar con ella me hacía sentir como una adolescente alocada.
— Pero primero tenemos que quitarnos estas ridículas prendas deportivas— reímos
— Vaya, el lugar esta vacío — miramos el lugar
— Sí — le di un mordisco a mi dona — Algo, aún así hay varias personas en este lugar.
— Y ninguno de ellos es un chico guapo — negó con su cabeza

El sonido de la puerta del local abrirse desconcentró mis pensamientos, no quise voltear ya que no me importaba en lo más mínimo quien era, pero Taylor si lo hizo, y podía jurar que la dona que estaba tragando en su boca casi se le caía en el suelo

— ¿Qué? ¿acaso viste un chico guapo? — solté una risita
— No — me miró sin ninguna expresión — No voltees.
— ¿Por qué? — quise voltear, pero ella dio un leve grito.
— No — susurró — No querrás ver quien es si vas vestida de esa forma.
— ¿Pero qué...?

En mi  mente lo primero que pensó fue en Liam, así que disimuladamente volteé, y lo primero que vi fue al chico de rulos que casi me hacía suya.

— Mierda — me giré de nuevo hacia ella
— Tranquila, no te ha visto.
— No es sólo eso — la miré preocupada — No estoy preparada para volver a verlo.
— Tienes que ir y hablarle, es tú única oportunidad.
— No — rápidamente negué.
— Anda, es una señal, tienes que ir por él o no volverás a topártelo.
— ¡Que no!
— ¡Sólo ve! — gritó

Sentí una mirada, por el rabillo de mi ojo lo miré, y si, nos estaba mirando. Joder, estaba en mis peores condiciones, estaba fachosa y sin ninguna gota de maquillaje en mi rostro, ¿por qué simplemente el destino me odia?