VI

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Las cosas entre Harry y yo no había pasado más de unos cuantos besos y caricias. Como siempre, evité hacerlo a último momento.

No podía, al menos no ahora, era algo muy apresurado, necesitaba tiempo.

Harry se ofreció a llevarme a casa, ya era algo tarde. Creí que Liam no estaría en casa como costumbre, pero vi su auto estacionado en la cochera, lo cual rápidamente sentí mi corazón acelerarse; no creí que él llegara a casa esta noche, y sabía, sabía que tendría que afrontar una fuerte pelea con él al momento en el que entre por esa puerta.

— ¿Pasa algo Carter? — preguntó Harry al verme paralizada sobre el asiento
— Sí, Liam ha llegado — aclaré mi garganta, me sentía nerviosa — No tengo los ánimos como para afrontarlo esta noche.
— Realmente no te entiendo, Carter — negó con la cabeza
— ¿A qué te refieres? — dije con cierta confusión en mi voz, él bufó.
— ¿Por qué simplemente no le dices todo lo que has estado guardándote este tiempo? — espetó sin verme — Tienes que hablar ahora.
— No p-puedo — agaché tímidamente mi cabeza hacia al suelo — No puedo hacerlo Harry, tengo miedo.
— Sí, si puedes — se giró a verme sin ninguna expresión en su rostro — Tienes que hacerlo, hazlo por ti misma, sólo te haces daño.

Harry tenía razón, pero no podía afrontar esto sin tener que sentirme jodida. Apreté mis labios, al imaginar como Liam podría dejarme en cualquier momento, humillándome. Yo no podía irme, no sin antes de devolverle el dolor. 

— Harry, yo misma se que debo de afrontar esto lo más antes posible — mordí mi labio con inocencia — Pero no sé... sólo quiero romper su corazón de vuelta — dije entre dientes, sumamente molesta.

Harry se removió en su lugar, teniendo su mirada sumamente concentrada. 

— Yo puede ayudarte en eso —  se encogió de hombros, yo lo miré sin saber a lo que se refería.
— ¿A romperle el corazón de vuelta?
— Ha vengarte, hacerle lo mismo que él está haciéndote.
— Continúa... — dije interesada, lo oí reír.
— Pagarle de la misma manera Carter, así de simple.

Desde muy niña he pensando que la venganza no trae nada bueno, no soluciona nada. Pero al pensar en Liam y en todos los daños que me ha causado... me hace tener ganas de hacerlo sufrir también.

— ¿Acaso estás sugiriendo a que seamos falsos amantes? — alcé una ceja, él asintió con una sonrisa divertida
— Por supuesto, ¿qué tan malo puede ser?

Bien, romperle el corazón a Liam sonaba emocionante. Hacerlo sufrir de la misma manera en la que él lo hizo conmigo sonaba más que bien.

Algo que no podía perderme.

— ¿Entonces, ustedes está dispuesto hacer mi falso amante?
— Sí, supongo que este juego sería muy divertido.

Nos soltamos a carcajadas sin saber por qué. Nuestras risas se fueron apagando cuando nuestros labios se fueron acercando.

— Esto es lo que los falsos amantes harían — tomó mi rostro entre sus manos y me apegó a sus labios de una forma exquisita.

-

Entré a mi hogar con las piernas temblorosas. Tenía aquella esperanza de ver a Liam sentado en el sofá esperándome llegar, pero no fue así, las luces estaban totalmente apagadas.

Fui directo hacia nuestra habitación, ahí se encontraba él, dormido plácidamente en la cama. Y ahí me daba cuenta de lo poco que le importo, ni siquiera se ha preocupado por mí en estos jodidos días.

Decidí dejarlo dormir solo y marcharme al sofá a descansar, a pesar de todo, necesitaba dormir.

¿Cuánto tiempo pasó? ¿1, 2 o 3 horas que dormí? Cuando siento alguien moverme con delicadeza, obviamente Liam.

— Carter, perdón por despertarte — susurró con una cara de arrepentimiento, yo gruñí de sueño.
— Liam, ¿qué haces?
— Necesitas dormir en la cama, aquí en el sofá es muy incomodo — siguió murmurando, yo fruncí mi ceño
— Olvida eso Liam, ¿en dónde has estado? — espeté, él se miró nervioso
— En la casa de mi madre, tú sabes lo enferma que se ha puesto últimamente — bajó su mirada — Perdón por no haberte avisado.

¿Y cree que soy estúpida? Aunque por su mirada se notaba sinceridad, y la verdad ya ni sé que creer.

No le creo del todo, así que opté por asentir, obviamente estaba mintiendo, no le creía ninguna de sus palabras.

— Ven, vamos a dormir Carter — ya ni me decía 'amor, cariño, bebé' como solía hacerlo, extrañaba eso.

Fuimos a nuestra habitación. No le dirigí la palabra, y él tampoco me dijo ni una sola, así que decidí acostarme y evitar pensar en todos estos problemas.

— Carter, ¿puedo besarte?

Sentí mi corazón detenerse. Abrí los ojos con asombro, lo bueno que no podía verme porque estaba de espaldas. ¿Qué clase de esposo le pide a su esposa besarla? ¡Nadie!

— No, ya es muy noche.

No caería en sus encantos de nuevo. El plan de devolverle el sufrimiento seguía en pie, y no me detendría por nada.


Fearless | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora