XLVIII

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Harry.

— Carter, anda, no te quedes dormida — susurré en su oído, ella no estaba dormida, pero si estaba a punto.

— ¿Cuánto falta para aterrizar? — murmuró, notablemente cansada.

— Ya falta poco, eso te lo aseguro.

— Es el vuelo más largo que he tomado — bostezó, dejando su cabeza recostada en mi hombro.

Acaricié su cabello con mi mano, dándole suaves caricias. Ella tomó mi mano libre con la suya, entrelazándola. Yo seguía dándole acaricias cuando la azafata llegó y nos pidió que nos abrocháramos el cinturón porque ya íbamos aterrizar. Carter se acomodó en su asiento y ambos hicimos caso a la indicación. Podía notar la expresión contenta de Carter, de verdad que ella tenía muchas ganas de venir, al igual que yo. Era nuestra oportunidad de estar solos, disfrutando sin ninguna interrupción.

Aterrizamos, tardamos un poco en conseguir nuestro equipaje pero luego de tenerlos en nuestras manos, nos subimos a un taxi, que por cierto, batallamos en conseguir. Nos dejó frente el hotel, le pagué y luego cargué las maletas para entrar al hotel y hacer la reserva. Una vez todo listo, tomamos el elevador y entramos a nuestra habitación asignada.

— ¿Qué tal si vamos un rato al mar? — abrió la enorme ventana, donde se veía claramente la hermosa vista de la playa.

— Pues cámbiate y vamos un rato — sonreí.

— Vuelvo — sonrió y me dio un corto beso para entrar al baño con su maleta.

Mientras ella estaba en el baño, me senté sobre la cama y miré un rato la televisión, haciendo zapping. Salió y yo le miré, tenía puesto un short alto y la parte de arriba de su bikini, mientras ella me miraba, se hizo una coleta alta para luego reír levemente.

— ¿Qué? ¿me veo mal?

— Créeme que todo lo contrario a eso — quité mi mirada de idiota — te ves bellísima.

— Pues gracias, bello — se sentó a mi lado — ¿te irás así?.

— Solo me arremango el pantalón y me quito la camiseta y ya, no es tan complicado — rodé mis ojos divertido — o al menos que quieras que me ponga bikini.

— ¿Y dejar que todos los chicos te miren? ¡ni de loca! — me siguió el chiste entre risas.

— Eso no pasará, soy solo tuyo — hice una ridícula voz de mujer chillona y le abracé.

— Basta — carcajeó — vámonos, antes que se haga más tarde.

Cogió su bolso y una toalla, entrelazó su mano con la mía y salimos de la habitación, cerrándola con la llave. No tardamos mucho en llegar la playa, la verdad es que nos quedaba muy cerca del hotel. No había tanta gente, quizás porque ya era la atardecer y no faltaba mucho para que anochezca. Carter corrió como una niña pequeña al mar, pero luego salió corriendo hacía mi mientras chillaba. Reí un poco y me quité la camiseta para dejarla en el suelo.

— ¡Esta helada!.

— Y ahora que lo dices... — la cargué y corrí hacía el mar para entrar y sumergirnos cuando el agua nos llegó a los hombros.

Abrí mis ojos bajo el agua y conecté mi mirada con la suya, Carter me abrazó y yo a ella, tomando aire a los pocos segundos.

— Tonto, te dije que estaba helada — se rió a la vez que pasó su mano por su cabellera mojada.

— Bueno, ya no está fría — me acerqué a ella y rocé mis labios con los suyos.

— Te amo..

Fearless | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora