Fearless | Harry Styles

XIII

— ¿Te importa? — murmuré con firmeza, no dejaría que el miedo me controle en esta situación, no le daría el gusto de dejarme.
— Joder, claro que sí — apretó sus puños con coraje
— Bien por ti.

Me marché de la cocina, toda la tensión la sentía a mis espaldas, obviamente él seguía mis pasos. Iba entrar al baño a darme una ducha, pero Liam me detuvo con prisa antes de que pudiera entrar a encerrarme con seguro.

— ¡Para, y dime en dónde estabas Carter! no estoy para tus juegos — espeto agarrándome de la muñeca con fuerza. Chillé de dolor.
— No te interesa Liam, déjame en paz — me solté bruscamente de su agarre

Quería llorar, sus grandes manos me sujetaron fuertemente que alrededor de mi muñeca se notaban sus dedos, dejándome la marca roja de su agarre. Podría reír ahora en su cara, no sé porque seguía actuando así cuando tenía a otra linda chica esperándolo en un hotel a todas horas. No entendía porque seguía conmigo si ya tenía a alguien más.

— Carter — bajo al tono de su voz, su ceño se frunció a una mueca de tristeza.
— Yo.. — miré sus ojos llenos de intriga y preocupación.

Quise sonreír derrotada, me había ganado un punto en dejarlo lleno de curiosidad. Sabiendo que él antes me dejaba de la misma forma, oliendo a perfume de mujer cuando llegaba tarde a casa. Liam comenzaba a sospechar de algo malo, y yo estaba de cierta manera "contenta" al tener en cuenta que nuestro plan estaba funcionando. Dejarlo destrozado como él me dejo a mí.

Pero temía de muchas cosas. Tenía pánico al pensar que Liam podría hacerme daño cuando se le diera la gana, o cuando menos me lo espere. Lo miré, Liam seguía viéndome sin entender nada. Rodé mis ojos intentando verme molesta y me metí al baño para poder gritar en silencio, porque ya ni podía soportar esta situación. Tenía un jodido plan y por nada del mundo lo dejaría.

Cuando salí, seque mi cabello con la secadora. Liam estaba dormido en la cama, roncando suavemente, y teniendo sus labios fruncidos. Sonreí con tristeza, ¿ah donde se iría el viejo Liam que tanto amaba?. Me daba ganas de abrazarlo y nunca soltarlo, pero tenía que ver la realidad, y sobre todo, recordar bien cuando lo miré en el centro comercial con aquella extraña chica.

Harry.

Había pasado una semana, y Carter no se percataba de mis llamadas de nuevo. Eso me preocupo porque de tan solo pensar que Liam le hizo algo cuando llegó a casa me hacía hervir la sangre. Me senté en el escritorio que tenía en la oficina de mi casa, checando por último unos papeleos. Todo estaba tan silencioso aquí, y la imagen de Carter yéndose por última vez de mi casa apareció en mi mente. Ella tan solo se fue, con el ceño fruncido y la vista baja. ¿Se habrá molestado por algo?, ni cojones entendía.

Mi teléfono comenzó a sonar, y yo contesté al instante. Sabiendo que era el subjefe de la empresa.

— Buenos tardes Harry, que bueno que contestas — lo oí sonando firme.
— Buenas tardes, John. ¿Qué pasa?
— Nada más para avisarte que mañana sale tu vuelo a Ámsterdam.
— Sí, lo recuerdo — suspiré en bajo.
— De acuerdo, te queremos allí temprano. Ya sabes las indicaciones, ¿verdad?.
— Sí, mi asistente Lucy está a cargo de que todo salga bien para ese día.
— Perfecto, entonces allá te esperamos Harry, suerte.
— Gracias John, hasta luego — colgué y me pasé con cansancio mis manos por el cabello.

Tenía un jodido problema, no quería dejar a Carter sola con ese cabrón. Ahora no podía irme a gusto a otro país sin tener que preocuparme por todo lo que pudiera pasar. Ella me importaba demasiado, y sabiéndolo ahora, no podía dejarla sola cuando se que la quiero demasiado.

Mi móvil vibro, yo lo cogí y tenía un mensaje por parte de Carter. Mis ojos se abrieron y no dude ni tres segundos en abrir el mensaje.

Harry, tenemos que vernos en el café que está a tres cuadras de tu casa. Carter x.