Buscando Al Chico Anónimo

Capítulo 7: ¿Panda?

Capítulo 7: ¿Panda?

Gabo...

Estaba en mi hora libre comiendo unos Doritos que había bañado en queso. Estaba en la misma mesa que otros amigos. Hoy no tuvimos reunión del Club de Detectives, lo cual me pareció raro ya que Panecito siempre quiere reunirnos para actualizarnos. Saqué mi celular para verificar si tenía llamadas perdidas de ella o algún mensaje, pero no había nada. La llamé pero no contestaba, tenía su celular apagado.

A veces a ella le daba por apagar su celular en la escuela cuando se le olvidaba cargarlo, así que no me preocupé.

La preocupación apareció en mí cuando pasé por su casillero y vi que tenía 4 Post-its azules pegados. Fruncí el ceño y leí cada uno.

"No te he visto, Panda. Espero que llegar tarde no te ponga de malas. Buen día – Chico Anónimo".

"Lee esto: 'una vida sin amor, no es vida en absoluto.' En una clase lo mencionó la profesora y no sé, pero pensé en ti – Chico Anónimo."

"Ayer no te lo escribí. Pero siempre vienes a la escuela con el cabello planchado y ayer que llovió vi cómo se te ve ondulado, me di cuenta de lo más perfecta que te ves aún – Chico Anónimo".

"¿Panda? – Chico Anónimo".

¿Dónde está Panecito? Nunca falta... y ¿Por qué no me dijo? Vi a Rob por el pasillo y me acerqué a él.

- Rob ¿Y Panecito?

- No sé. No la he visto. Últimamente ya no toma el camión conmigo, pero hoy no la he visto en toda la mañana.

- Ya regreso – le dije apurado y salí corriendo a la dirección.

Mientras me dirigía allá no paraba de llamar a Pan y ella seguía sin contestarme. Entrando a la dirección vi a Ale saliendo, lo tomé del antebrazo para detenerlo, él me miró confundido.

- ¿Estás preocupado por Pandora? – me preguntó.

- ¿Sabes dónde está?

- En su casa. En la mañana llamó su mamá y dijo que faltaría. No explicó motivo.

- ¿Por qué no me dijo nada? – murmuré.

- ¿La notaste rara ayer? – me preguntó – porque yo no. 

- No, jugamos en la lluvia pero se veía bien. Me sorprende que no me haya dicho. Ella me dice todo, hasta me dice cosas que no debería decir – le dije – ¿Desde cuándo notaste que no estaba?

- Tengo Bellas Artes con ella las primeras dos horas. Luego vine aquí y me dejaron una nota para que justificara su falta.

Lo solté y agaché la mirada.

- Algo le pasó. Ella no desaparece así porque sí – le dije.

- Se nos hace tarde para computación – me dijo posando una mano en mi hombro –, vamos. Ella está bien – me sonrió.