Capítulo 6: Queremos Divertirnos Un Rato

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Capítulo 6: Queremos Divertirnos Un Rato




Pandora...



Volví a llegar temprano a la escuela con la esperanza de ver a Ale ya que necesitaba que me brindara más información de los estudiantes de la escuela. Pero antes pasé a mi casillero y luego a mi banco de mi primera clase, pero no encontré nada.

Llegué a la dirección y él al verme me sonrió.

- Hola, Pandora. Por favor, toma escritorio – bromeo porque la vez pasada no me senté en la silla.

- Qué ondis – sonreí sentándome en el escritorio –. Vengo a actualizarte.

- De acuerdo – sonrió él.

- Sé que no es profesor o algún empleado de la escuela. Es estudiante.

- ¿Cómo lo averiguaste?

- Soy amiga de Sodio.

- ¿Quién? – preguntó frunciendo el ceño.

- Perdón, así le digo – reí –. Se llama Nora Alicia.

- ¿La que tiene el primer lugar?

- Sí. Ella sabe quién es Chico Anónimo. Su casillero está debajo del mío, supongo que lo debió ver alguna vez – le dije –. Y para que entrara al club le pusimos una prueba, que responda una pregunta para ir eliminando personas de la lista, entonces le pregunté si era empleado, profesor y así, me dijo que no.

- ¿No sería más fácil si le preguntas quién es? – preguntó frunciendo el ceño.

- Sí... pero creo que Chico Anónimo y yo tenemos algo en común: Queremos divertirnos un rato.

- Interesante – me sonrió Ale.

- Por eso no está de más que me prometas que si sabes quién es no me lo digas.

- ¿Estás segura?

- Júralo – le pedí.

- De acuerdo. No te diré quién es... pero ¿Entonces para que me pides ayuda?

- Es como querer pasar un examen. Quiero que me ayuden a estudiar, a buscar la información y memorizarla, no quiero que me pasen el examen.

- De acuerdo. Pues te ayudaré con la información – sonrió tecleando algo en la computadora –. Bien, ya sabemos que es estudiante. Hay 3000 estudiantes en el campus, pero ayer descubrimos que no es mujer, es chico. Por lo tanto vamos a eliminar a todas las chicas... y quedan... mames, no sabía que habían más chicos que chicas, bueno, lo suponía pero es mucha la diferencia. Hay 1800 chicos.

Yo parpadeé perpleja, no mames, son un chingo de sospechosos.

- Mira el lado bueno – sonrió Ale nervioso – Antes tenías más de 3000 sospechosos.

Me tumbé sobre el escritorio por completo y me llevé las manos a mi cara frustrada. Aún tenía mucho trabajo que hacer. Quité mis manos de mi cara y vi a Ale mirándome con detalle el cuerpo. Me aclaré la garganta para que dejara de verme o que mínimo le despistara, él luego sonrió y me dijo que me bajara del escritorio. Le hice caso y se hizo de lado en su silla y me dejó la mitad del asiento para que lo compartiéramos. Me senté y él sacó una hoja de máquina en blanco y comenzó a escribir un listado con signos de interrogación pero sin preguntas, yo no entendía muy bien y luego él se giró un poco a mí y me digo:

Buscando Al Chico AnónimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora