La vida en El Claro no es de lo más lujoso que hay. No hay grandes edificios ni carreteras, todo es bastante simple. Aunque, a veces, esa sencillez no es lo que más lo define. De hecho, se podría decir que es un lugar tranquilo, pero a la vez peligroso. Sé que suena contradictorio, pero es así.
¿Cómo describirte este lugar? Bueno, empezaré diciendo que es un lugar lleno de césped, con un pequeño bosque en una esquina, sí, un bosque. Hay algunas cabañas, para cosas en específico, como por ejemplo la sala del Consejo, donde se reúnen los líderes para hablar de cosas importantes y esas cosas de líderes, también tenemos una especie de sala de médicos, no puedo llamarla hospital, porque ni siquiera se parece un poco, pero hace bien su trabajo. Tenemos una especie de baño, aunque al principio es incómodo, uno acaba acostumbrándose. Y para dormir... bueno, no es lo más cómodo del mundo, pero no nos quejamos. Todos dormimos en el mismo espacio, cada uno en su hamaca, como es obvio.
Además, tenemos distintos trabajos por así decirlo, para poder poder mantener el lugar. Es difícil mantener esto cuando somos tanta gente en un espacio tan pequeño. Aunque parezca grande, estar aquí es como vivir encerrado en una caja.
Y con eso me refiero, a que El Claro, literalmente es una caja, rodeada por cuatro enormes muros de piedra. En uno de esos muros hay una puerta gigante que se abre cada mañana y se cierra al anochecer. ¿Por qué no hemos salido por ella? La respuesta es simple: los laceradores. Son criaturas enormes y metálicas que te matan si te pican. No es que lo haya visto con mis propios ojos, pero Minho, uno de los corredores, me lo ha contado. Ser corredor debe ser terrible.
Ese es uno de nuestros trabajos, los corredores, se despiertan a primera hora de la mañana y se preparan para salir a correr, a través de esas puertas, al laberinto, porque eso es lo que hay justo detrás. Un laberinto enorme, que nos ha tenido años intentando encontrar una salida. Pero es imposible.
También están los cortadores, los mediqueros, los constructores, también tenemos a los cocineros, Los que cosechan todo lo que cultivamos, y así algunos más.
Y supongo que aquí llega el momento en el que me presento. Jade, Jade... no sé qué más, ninguno recuerda nada al llegar aquí, solo su nombre. Y es lo único que recuerdo de mí. Ah bueno, también os puedo contar que soy constructora, yo misma lo pedí al llegar aquí, sabía que nunca me dejarían ser corredora, así que así al menos, con el trabajo "duro" me distraería.
Newt me dice muchas veces que si quiero cambiar, y cuidar a los animales. Pero no, no me apetece cuidar a un cerdo que sé que en algún momento nos lo vamos a tener que comer. No podría.
No suelo hablar mucho con ninguno de los chicos, pero... les he cogido cariño, creo. Llevo tres meses aquí, en este lugar, y creo que la única persona que aguanto es a Alby, bueeeno y a Newt, pero no le digáis que lo he dicho. Se lo tiene muy creído.
Minho... bueno, es mi amigo por así decirlo, también me cae bien. Es con el único que suelo hablar. Así que si a eso se le puede considerar un amigo, pues, es mi amigo.
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El nuevo verducho (Gally) (The maze runner)
FanfictionA veces, el amor aparece donde menos de la esperas, incluso en medio del caos. Incluso el corazón más endurecido puede llegar a rendirse ante una sola mirada. (Cabe aclarar que esta historia no va a ser una continuación de la anterior, va a ser una...