𝓒ap. 22

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Juliette

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Juliette

Para ser sincera traté de ignorar a Tom todo el día. Él se me acercaba para "discutir asuntos escolares", lo cual claramente era mentira, pero hablé con él de esos "asuntos" y cuando él parecía querer hablar de algo más, rápidamente me iba.

Por fin era la hora de salida y todos nos iríamos a casa. Empezamos a salir dizque en orden, pero eso era todo un revoltijo.

Esperé a que todos salieran para que no me aplastaran cuando saliera. Cuando ya estaba sola, empecé a caminar hacia la puerta y tuve que retroceder porque casi choco con Tom.

—Juliette, hola.

Lo miré unos segundos y luego lo rodeé, para pasar por su lado e irme.

—Espérame. Déjame explicarte, ¿sí? Por favor te lo pido... —Se puso frente a mí para evitar que siguiera caminando.

Suspiré y levanté la mirada para verlo a los ojos.

—¿Qué pasa, profesor? —dije, rezando porque fuera algo rápido.

No quería hablar con él. Estar junto a él y pasar tiempo con él me hacía recordar el hecho de que todo este tiempo me había mentido. Tenía una esposa, estaba casado y yo... simplemente era un pasatiempo al parecer.

—Yo... no sé cómo te enteraste, pero necesito que me escuches, por favor. Te lo suplico.

Mi razonamiento estaba dividido en dos. Mi mente decía que me fuera, que no necesitaba sus explicaciones. Él me había mentido. Pero... mi corazón pensaba diferente. Necesitaba esas explicaciones. Quería saber por qué me había mentido.

Y el corazón es un traicionero, que cuando ama prefiere salir herido que ver la realidad. Por eso amar demasiado a alguien es lo peor que te puede pasar.

Porque, aunque hay personas que disfrutan del lado bueno del amor, viviendo una vida de felicidad al lado de su ser amado, hay otras personas que sufrimos el dolor del amor.

—Dígame rápido antes de que me arrepienta de quedarme —Desvié mi mirada al suelo y esperé que hablara.

—Wendy y yo... —Empezó—, sí estamos casados, pero... Agh, es algo difícil de explicar. Nuestro matrimonio no es nada más que un papel. Yo no la amo. Ni ella me ama a mí.

—¿Ah, no?

—No. Sus papás me obligaron a casarme con ella porque... bueno, ella estaba embarazada, pero... perdió el bebé.

O sea que él iba a ser papá...

—Únicamente fue por eso, pero eso sucedió hace 5 años. Desde antes de que nos conociéramos tú y yo, estaba pensando en divorciarme, pero sentía que no podía; hasta que apareciste tú y me hiciste querer hacerlo de inmediato.

No dije nada. No sabía qué decir. Sólo necesitaba que él continuara, aunque me doliera lo que decía, necesitaba saberlo todo.

—Yo quiero estar contigo, mi pulguita. Yo te amo a ti. Y sólo por ti, te juro que me voy a divorciar, para que podamos estar juntos —Con su mano acarició mi mejilla, para después mirarme con una leve sonrisa.

señor prohibido, tom kaulitz ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora