CAPITULO XIX,LOS VERDADEROS ROSTROS

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A la mañana del sábado, justo al amanecer, Serafín fue despertada por una de las enfermeras la cual hacia su ronda de chequeos, los signos vitales de Serafín eran estables, la enfermera le dijo que era muy posible que pronto le dieran de alta.

-Solo tenga mucho cuidado al volver a casa -Susurró la enfermera.

-Lo haré, ya me han hablado de esos profundos agujeros y las enormes columnas de tierra que se alzaron en el aire -Respondió Serafín afable.

-No es solo eso -Agregó la enfermera bajando la voz para no despertar a Jason. -Los animales también actúan extraño. Los enterradores llevan los cadáveres de las personas a las montañas para enterrarlos allá, porque en el cementerio ya no hay espacio, han estado haciendo eso toda la semana, pero dicen que han notado como los cadáveres que colocaron desde el principio están siendo cubiertos por arañas, enormes arañas rojas del tamaño de la palma de la mano y de largas u filosas patas, dicen que nunca han visto animales así en Perla del Norte, eso les dio mucho temor y empezaron a buscar otro lugar para enterrar los cadáveres. Si me lo preguntas a mí, creo que este es el fin del mundo, un mega terremoto, millones de muertes, animales extraños, nuestra era llegó a su fin.

La enfermera subió su cubre bocas y pasó al siguiente paciente. Serafín no dijo más, pero quedó muy pensativa. Las palabras de la harpía Celinda retumbaban en su cabeza. La era del humano había llegado a su fin, las batallas se acercaban, la necesidad de aliados. ¿A qué se refería con todo eso? Ninguna respuesta lógica podía llegar a su mente, todo era demasiado abrumador, ¿Qué estaba pasando en realidad?, era este el verdadero fin del mundo, la enfermera con temor en la mirada había expresado las mismas palabras que Celinda dijo. El fin de una era.

Jason y Gabriel no se quedaban fuera de su mente, la manera en que se expresaban de los demás, de una manera tan disociativa, sintiéndose mejores que todos y diciendo que ellos no eran humanos, ¿acaso en verdad no lo eran? Y ella estaba en negación intentado ignorar lo obvio. Estaba muy sabida que no había persona a su alrededor que pudiera levantar cosas con la mente, o revivir luego de ser asesinada o sacar el alma de su cuerpo a conciencia, ¿pero eso los volvía menos humanos?, acaso no tenía ella cinco dedos en cada mano, dos ojos, una nariz, dos orejas y una boca, ¿Qué los hacia diferente? Los libros que ella leyó de pequeña los cuales hablaban de los viajes astrales seguro habían sido escritos por otras personas con su misma habilidad, ¿acaso ellos no eran humanos? De ser así ¿Qué eran entonces?

Tantas interrogantes y pocas respuestas, eso solo le provocaba dolor de cabeza.

Pasado el día Sophie llegó donde Serafín para hacerle compañía junto a Violeta. Ellas le indicaron a Jason que debía de ir al refugio donde estaban ellos para que lo ubicaran -las camas de los damnificados estaban dentro de los salones de clases, a cada persona sin hogar se le asignaba una colcha para dormir, sabanas y  también ropa.

Violeta se encargó de contarle a Serafín la odisea que vivió cuando fue arrastrada por las olas del mar sin perder ningún detalle del dolor y temor que invadió su cuerpo a cada momento, también le contó sobre el proceso de operación ocular y como la anestesia que usaron era casi nula y sintió todo el proceso quirúrgico para removerle el ojo dañado. La joven hablaba como comentarista deportiva, casi como que su vida dependiera de ello, pero todo eso no había hecho que perdiera su identidad casamentera ya cada que podía le hablar a Serafín sobre lo preocupado que había estado Eneldo por ella y como padeciendo de una herida en el pie, que a la fecha actual lo hacía cojear, fue en busca de su amada arriesgándose entre escombros y el agua del mar.

Al llegar el anochecer, ambas se despidieron de Serafín, antes de salir de la carpa Sophie se acercó a su hija pidiendo a Violeta que les diera un momento a solas.

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