II La granja de Jason

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Jason era hijo único de dos granjeros Arnulfo y Paula que vivían en Perla del Norte, cerca de las montañas de Elizet.

Junto con ellos en la misma casa también vivía Nelson, el hermano mayor de Arnulfo y su esposa y también su único hijo, Roberto al cual le decían Teto.

En la granja ellos se encargaban de cultivar sus propios alimentos y cuidar de su ganado, en el granero tenían vacas, cabras, gansos, cerdos, conejos, gallinas y caballos. Todos trabajaban en conjunto para vivir a las afueras de la comunidad.

La esposa de Nelson lamentablemente falleció luego de tener una discusión con su esposo e inexplicablemente caer por las escaleras del segundo piso de la casa de madera, la esposa de Arnulfo no corrió con mejor suerte ya que ella falleció de cáncer en el estómago dejando la crianza de Jason a manos de su esposo, tío y primo.

La relación que Jason tenía con su primo era diferente a las demás. Una tarde de lluvia Teto llevó a su primo de 7 años a los establos con la excusa de que le enseñaría a ordeñar vacas.

Sacaron a una de las vacas de su espacio en el granero y colocaron una cubeta bajo su ubre y un banco cerca de ella. Teto primero le mostró a su primo como hacerlo.

-Ahora hazlo tú JJ-Dijo el dientón adolescente de 15 años.

Jason se sentó en el banco y empezó su labor, la cual había visto a su madre hacer cientos de veces.

-Se siente rico no? - Preguntó Teto.

-Qué cosa?

-Jalarle el pezón a la vaca- Jason se encogió de hombros- No te gusta acaso? ¿Acaso nunca te has jalado el pito?

Jason se detuvo y quedó inmóvil, sabía a lo que se refería su primo, pero no le gustaba como se sentía estar solo con él en el granero bajo una tormenta.

-A que te refieres? - Preguntó con una risa nerviosa.

-Quieres ver? ¿Es eso? - Su primo no esperó respuesta y soltó su faja de cuero, desabrochó su pantalón, lo bajó, bajó su calzoncillo y empezó a autocomplacerse, en cuestión de segundos estaba duro como tabla.

Jason no se volvió en ningún momento, pero podía escuchar el sonido del prepucio lubricado de su primo sonar a sus espaldas.

-Qué haces? -Preguntó temeroso.

- ¡Mírame, mírame! - Le dijo tomándolo de la cabeza para hacerlo voltear

Jason tenía los ojos cerrados, pero podía oler la acides del pene de su primo.

-Levántate! - le ordenó tomándolo de la camisa. Jason estaba rígido con los ojos cerrados y las manos empuñadas.

-Abre la boca, que la abras te digo! - Le dijo bofeteándolo.

Jason empezó a llorar por el ardor que sentía en su mejilla y levemente abrió su boca. Al instante su primo introdujo el pene dentro de la boca de Jason y como si fuese muñequito de cuerda empezó a moverse adelante y atrás con una gran velocidad.

Jason sentía que se ahogaba, quería vomitar, el sabor en su boca era nauseabundo, además de que el pene de su primo era demasiado grande y golpeaba su garganta.

Luego de un minuto Teto gimió con placer y hundió su pene dentro de la garganta de su primo. Jason sintió como un líquido espeso y caliente cayó a su estómago.

Teto se alejó de él como una gata cuando acaba de aparearse con un macho, se tiró al suelo riendo de placer diciéndose así mismo que era lo más delicioso que había experimentado.

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