Los hermanos Arnulfo y Nelson había vivido bajo el mismo techo brindado por sus padres toda la vida, entre ellos no existía ningún secreto, ambos durante los años de su juventud habían hecho hasta lo imposible para que la granja fuera autosostenible y les diera la oportunidad de estar lejos de las grandes empresas y de los ciudadanos de Perla del Norte.
Ambos compartían la misma sangre y mismos gustos, así mismo como los mismos recelos y trastornos. Desde muy pequeños habían sido enseñados por su padre que el trabajo duro era para los hombres y que este nunca acababa, callar sus emociones y dedicarse al trabajo duro para sobrevivir estaba inscrito en ellos como una piedra tallada. La manera de su padre y madre en comunicarse con ellos o corregir los errores era solo comparado con el trato que se les da a los animales más incorregibles que puedan existir, no había momento para enfermedades ni llantos, toda la energía debía de enfocarse en el cuido de la granja.
Tras crecer bajo dichos conceptos para ambos no existía peor aberración que un hombre que fuese débil, tan débil como una mujer. Llorar era para débiles, expresar emociones era para débiles el gusto por colores rosas o amarillos era para débiles. Cuando tuvieron a sus hijos lo menos que esperaban era transmitir esa excelente crianza a ellos, pero gracias a sus ahora difuntas esposas, tanto Teto como Jason, no eran ni la mitad de los hombres que ellos eran.
Aunque entre Teto y Jason, estaba claro quien tenía las posibilidades de ser un mejor hombre. Luego que Jason confesara a su padre que Teto había abusado sexualmente de él, la relación de hermanos se friccionó, aunque Arnulfo no reclamo lo ocurrido sino por el contrario consensuó el abuso, esperó muy en sus adentros que Nelson se disculpara, pero eso nunca ocurrió.
Entre ambos la relación fraternal se volvió fría y distante provocando que la granja fuese decayendo día con día al punto que para pasar tiempo alejado uno del otro decidió buscar empleo en alguna empresa. Para su mala suerte, siempre eran contratados en el mismo lugar.
Era increíble como eran capaces de soportar el silencio de ambas partes, actuar como si todo estaba bien por el hecho de una enseñanza parental la cual les forzaba a no abandonarse el uno al otro. Pero dentro de ellos existía un rencor rezagado. Arnulfo por no recibir una disculpa y Nelson por saber que su hijo hizo mal, pero aun así planear defenderlo a capa y espada.
El sábado antes de la celebración de los colonos en El Viejo, una zona costera muy turística, Nelson estaba descansando en casa, había visto salir a su hijo junto a Jason, la razón de la salida era que debían de hacerle un corte de cabello a Jason que lo hiciera ver presentable, ambos se veían muy contentos.
Nelson no estaba de acuerdo con la manera en que su hijo se llevaba ahora con su primo, le provocaba nauseas ver tantas risas y amabilidad entre ambos, pensar que quizás Teto había corrido a los brazos de Jason buscando apoyo sexual y que esté estuviese siquiera considerando en establecer una relación homosexual con su primo le provocaba migraña.
Nelson subió las escaleras al segundo piso, caminó por el pasillo, vio la puerta del cuarto de su hermano. Arnulfo dormía en su cama.
-Maldito, tu hijo homosexual quiere engañar a mi hijo -Pensó.
Sigiloso continuó su camino y entró a la habitación de Jason, hurgó los estantes buscando algo parecido a un block de notas o un diario.
Lo encontró.
Al abrir sus páginas descubrió que Jason había estado registrando ciertos acontecimientos extraños que le ocurrían cada que se concentraba en su dolor, así como también esa inusual voz que escuchaba dentro de su mente. En la última página Nelson encontró la confesión escrita de Jason en la cual decía que él había lanzado la piedra a Melibeth.
Las horas registradas en el diario eran pasadas las 11:00PM y todo estaba relatado en tercera persona.
Nelson azotó la cama de su sobrino con el puño, lo supo todo el tiempo, él había visto con sus propios ojos a Jason esconderse tras un arbusto el día en que Melibeth fue asesinada.
Había llegado el momento de hacer pagar a su sobrino.
Al caer la noche y luego de cenar, Nelson le pidió a su hijo que se quedara a charlar con él.
La noche era fría y las llamas de la chimenea iluminaba la oscuridad de la sala. Ambos sentados en el sofá empezaron a charlar en murmullos ya que sabía que en esa oscura casa el sonido volaba.
- ¿Qué ocurre papá, por qué estamos tomando Vodka? ¿De qué me quieres hablar?
-Quiero que hablemos de la cercanía que tienes con tu primo últimamente.
-No te preocupes por eso, es solamente porque me apoyó mucho luego que falleció Melibeth y solo estoy siendo reciproco eso es todo.
-Teto, tu primo te desea sexualmente.
- ¿Qué? Claro que no, lo que sea que pasó cuando éramos jóvenes quedó atrás. Me confesó que le gusta una chica, de hecho, la verá este domingo.
Nelson lo acercó más a él jalándolo por el cuello de la camisa.
-No lo entiendes, tu primo te desea sexualmente, quiere que te lo cojas y ahora que Melibeth no está él quiere tomar su lugar.
- ¿Papá estás ebrio? Jamás me casaría con Jason, es un hombre. Además, el nunca tomaría el lugar de mi esposa
-Jason mató a Melibeth -Le dijo abriendo el diario de Jason y colocándolo en el regazo de Teto -Lo dice justo ahí, él lanzó la piedra que la mató.
Teto no podía creer lo que leía -Es imposible papá, la policía dijo que la piedra fue lanzada casi como un misil, es imposible que Jason tenga esa fuerza.
Nelson lo hizo hojear las páginas.
-Lee eso, tu primo está fuera de sí, está loco, escribe en tercera persona, habla de voces y de que puede levantar cosas con la mente.
Los ojos de Teto se llenaron de lágrimas - ¿Por qué haría algo así? ¿Por qué a Melibeth? Ella nunca le hizo daño, si quería venganza, ¿Por qué no me lastimó a mí?
-Porque eso hacen los locos, los desquiciados, lastiman lo que más quieres. Si lees ese diario de la manera en que yo lo leí, te darás cuenta que Jason aun te desea y siempre tuvo celos de tu esposa. Ese maldito maricón asesinó a tu esposa para tenerte a ti nuevamente y lo está logrando.
Teto tomó el restante de su trago de un solo golpe.
- ¿Qué haremos papá?
-Lo vamos a matar, justo como él hizo con tu esposa.
- ¿Cuándo? ¿Hoy?
-No, hoy vamos a beber, lo haremos mañana en la mañana.
-Y ¿Qué haremos con mi tío Arnulfo?
-Si él se llega a entrometer, le haremos lo mismo entonces.
Padre eh hijo pasaron la noche tomando licor llenándose de odio y planeando el crimen perfecto, como matarían a padre e hijo y también como dispondrían de los cuerpos.
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Poseídos
Ficción GeneralPoseídos es una historia apocalíptica la cual relata acontecimientos que cambian al mundo entero sacudiéndolo y revelando de sí la verdadera identidad de las personas que lo habitan. A diferencia del titulo, Poseídos, no toca temas religiosos como...