IV Gabriel, Violeta, Alexandra y Ed.

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Desde hace ya semanas que no paraba de llover en todo el país, la tierra no podía tragar más agua por lo que los charcos se volvieron lagunas.

Gabriel Galo era un joven de 13 años el cual padecía de una discapacidad, no podía escuchar del oído izquierdo gracias a que un adolescente le había ensartado un lápiz de grafito en la oreja hace un par de meses.

- ¿Gabriel, hiciste la tarea?, ¿Gabriel?

-Perdón Violeta que decías? - Le respondió el joven en sobresalto.

-Olvídalo

El joven dejó de estar perdido en sus pensamientos y se dirigió a su mejor amiga

-Como sigue tu mamá?

-Esta estable, ayer ni mi hermano ni yo pudimos llegar a cuidar de ella a tiempo, la lluvia nos atrapó a ambos, estoy harta que llueva, escuchaste clima, harta! - dijo en voz alta al final.

Ambos rieron. Un cuaderno voló hacia ellos y le dio en la cara a Gabriel. Unas risas sonaron al fondo del salón.

-POR QUE NO DEJAS DE MOLESTARLO ED? - Reclamó Violeta fúrica poniéndose en pie.

Gabriel volvió su mirada al fondo. Eduardo o Ed, era un adolescente alto de largas extremidades y sonrisa idiota que siempre caminaba junto a otros 2 retardados igual que él, Rob y Len.

-No sé de qué hablas Margarita no fui yo! - Exclamó entre risas idiotas.

Violeta volvió sus ojos con desprecio. - ¡Mi nombre es Violeta, acaso eres tan idiota como para retenerlo!

-Lo que digas Rosa- respondió y echaron a reír nuevamente.

-No les hagas caso- Dijo una voz femenina acercándose a ellos, la joven que se acercó era una chica muy linda la cual había sido novia de Ed y era la razón de que muchos chicos recibiesen golpizas de parte de su ex por El simple hecho de acercarse a ella.

-Alexandra que haces aquí?, ¿no crees que ya hiciste suficiente? - Le Reclamó Violeta apartando la mano de la chica del rostro de su amigo.

-Que hice yo? - Preguntó inocente.

-Sabes muy bien que Ed no deja que nadie se acerque a ti y gracias a que tú te acercaste a Gabriel, Ed decidió enterrarle el lápiz en la oreja y desde entonces no deja de molestarlo.

-Eso no fue mi culpa, Ed es un idiota y debieron expulsarlo del colegio hace mucho.

-Si, pero su tío trabaja para la alcaldía basta un favor político para que no lo hagan así que lárgate, ¡shhuu! - le dijo Violeta como si estuviera espantado un perro.

-Ash que estúpida eres! - le dijo después de hacerle una caricia en el rostro a Gabriel y volver a su rostro.

Gabriel volvió su mirada al fondo del salón con temor y sí, Ed lo observaba con furia.

Al terminar las clases Gabriel se despidió de su mejor amiga, abrocho su impermeable rojo y caminó a casa bajo la brisa.

Para llegar a su casa debía de pasar por un puente de concreto, bajo de él la corriente de agua café y agitada arrastraba ramas, piedras y todo tipo de cosas que encontraba a su paso.

Gabriel caminaba cerca de la baranda viendo el agua correr, en su mente solo estaba la idea de por fin llegar a su casa para probar la deliciosa cena de su madre y ver la televisión junto a su padre.

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