V Un espíritu con sed de venganza

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En la ciudad de Phantasmo el clima no era diferente al de Perla del Norte, las nubes de lluvia cubrían el cielo en su totalidad y dejaban caer gotas frías Dia y noche, los atardeceres no se veían más, solo era oscuridad cuando los trabajadores y estudiantes culminaban sus turnos.

Fuera de la universidad UDP estaba una chica rubia, su figura larga resaltaba sobre las oscuras calles, sostenía una sombrilla con la mano derecha y tenía su mano izquierda dentro de su gabardina crema.

-Que hace una joven tan linda en un lugar tan solo? - le dijo una voz masculina. La joven se volvió y sonrió al ver a su novio.

Alzó la sombrilla para cubrirlo- No te mojes, tardaste mucho en salir- le dijo luego de besarlo.

-Perdón Serafín, el profesor me necesitaba para que le ayudara a explicar unos temas a estudiantes de primer año. ¿Lista para irnos? - Le dijo el joven hombre de ojos verdes.

Ambos caminaron a la parada de buses mientras hablaban de su día. - No tendrás clases de flauta hoy? - Le preguntó a Serafín una vez que estuvieron bajo el techo de la caceta.

-Hoy no, de hecho, las lluvias han sido tan constantes que suspenderán las clases por un par de días.

-Sí, en la universidad se rumora lo mismo, no estaría mal que nos den un descanso- dijo riendo por lo bajo y abrazando a Serafín ya que una corriente fría se hizo sentir. -Que frío le susurró al oído- El resto de personas que esperaban el bus también sintieron dicha corriente y se cruzaron de brazos para entrar en calor, pero Serafín sabía que ese frío no era normal, no era un frío de lluvia, era un frío de sepultura, un frío de muerte.

La joven aun siendo abrazada por su novio cerró los ojos con fuerza y al abrirlos su pupila e iris se habían achicado tanto, que sólo un manto blanco se veía en sus cuencas.

Serafín parada junto a su cuerpo y el de su novio había entrado a un plano astral, un lugar donde solo las almas en pena y seres extraños deambulaban.

Al observar a su alrededor confirmó que su teoría era cierta, el frío que todos habían sentido no era debido a la lluvia, sino que había sido causando por el espíritu de un hombre.

Sus dientes eran grandes como los de un simio, sus ropas eran rasgadas y mohosas, su brazo izquierdo y pierna izquierda estaban encogidos, sus ojos lloraban sangre negra y la mitad de su cráneo estaba partido y el cerebro salía de él.

-Tu otra vez- le dijo

Serafín cerró sus ojos físicos y al abrirlos volvieron a su forma habitual, su alma estaba de regreso en su cuerpo.

El bus llegó y todos se montaron. Serafín y su novio Peter  escogieron asientos juntos y se sentaron.

Peter veía por la ventana mientras Serafín bajó su cabeza, cerró los ojos con fuerza y al abrirlos eran blancos como la nieve.

Su alma estaba fuera de su cuerpo de pies en el pasillo del bus.

Al dar su mirada al frente vio pegado a la ventana como un mosquito al mismo espíritu que había visto anteriormente, este le rugió.

-No importa cuantas veces me sigas no vas a ir conmigo a casa- Le dijo. Serafín concentró una fuerte cantidad de energía en su mano derecha la cual empezó a iluminarse, al soltar esa energía, una luz como de disparo fue lanzada al espíritu y lo apartó del bus.

-Serafín estas bien? - Escuchó a Peter decirle a su cuerpo inmóvil.

La joven abrió y cerró los ojos y una vez más estaba en su cuerpo.

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