II

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Después de que Isadora terminó de comer, Esme fue a dejar los platos en el fregadero mientras Carlisle se quedó para hablar con ella.

—Entonces, Isadora, ¿podrías contarme por qué razón huías de aquellos hombres? —preguntó con curiosidad.

—Mi padre me vendió a ellos. Me habían dejado encerrada en una casa en medio del bosque. Logré escapar, pero me descubrieron y me persiguieron hasta que me dispararon. Tengo miedo que me encuentren —confesó Isadora con los ojos cristalizados.

—No lo harán, de eso nos encargaremos nosotros —respondió Carlisle. Claro que eso no pasaría, Carlisle, junto a Edward, Emmett, había asesinado a esos hombres, pero eso aún no debía saberlo Isadora.

—¿No tienes algún familiar con quien ir? —preguntó Carlisle.

—No, mi madre murió hace años, era hija única y nunca conocí a la familia de mi padre. No tengo a nadie con quien ir —dijo Isadora mientras se limpiaba las lágrimas de sus ojos.

—No te preocupes, Isadora. Quédate con nosotros. Nosotros te protegeremos —dijo Esme, quien había estado escuchando la conversación.

—Sí, Isadora, quédate aquí. Nosotros te cuidaremos —dijo Carlisle.

—¿Lo dicen en serio? Ni siquiera me conocen, soy una completa extraña—dijo Isadora, sintiendo sus ojos cristalizarse de nuevo.

—Claro que sí, cariño. Nosotros te cuidaremos. Es más, estoy segura que te llevarás bien con nuestros hijos —dijo Esme.

—¿Hijos? —preguntó con curiosidad.

—Sí, tenemos cinco hijos adoptivos. Te aseguro que se llevarán bien —respondió.

—Entonces, ¿qué dices? ¿Te quedas? —preguntó una vez más Carlisle.

—Sí, claro que sí. Muchas gracias —respondió Isadora, aún con los ojos rojos.

—Más tarde, cuando vuelvan de la escuela los chicos, te los presentaré —dijo Esme con una gran sonrisa en su rostro. Por ahora, ven, te llevaré a un cuarto para que descanses —dijo mientras la ayudaba a subir a una de las habitaciones.

Al llegar a la habitación, Esme se encargó de ponerla cómoda para que pudiera descansar bien.

—En cuanto lleguen los chicos, subiré a despertarte para que los conozcas —dijo Esme, quien se encontraba sentada en un lado de la cama.

—Por ahora, descansa. Cualquier cosa que necesites, me puedes llamar —dijo mientras se paraba de la cama y salía de la habitación, no sin antes darle una sonrisa.

Habían pasado aproximadamente dos horas cuando Esme subió a despertar a Isadora para presentarle a los chicos, que ya se encontraban camino a casa. Isadora sentía curiosidad y emoción por conocer a los hijos de los Cullen, así que se apresuró a levantarse para después llegar a la sala.

Después de unos minutos, los hijos de los Cullen llegaron. La primera en entrar fue una chica un poco bajita que, al verla, Isadora podría jurar que se parecía a un hada. Junto a ella venía un chico rubio con aspecto tranquilo.

—Hola, Isadora. Soy Alice y el es Jasper. Qué bueno que ya te sientes mejor. Te aseguro que seremos muy unidas —dijo con mucho entusiasmo.

Isadora quedó anonadada con la felicidad que irradiaba Alice.

—Mucho gusto, Alice. Espero que sí —dijo Isadora con una sonrisa en el rostro.

—Mucho gusto, Isadora.  —dijo Jasper mientras inclinaba su cabeza en forma de saludo.

—Mucho gusto, Jasper —respondió Isadora mientras imitaba el saludo.

Los siguientes en entrar a la casa fueron una chica rubia que, al verla, Isadora pudo jurar que era la mujer más hermosa que había visto. Su belleza era irreal. Junto a ella venía un chico musculoso y pelinegro, que parecía un oso.

—Rosalie, ella es Isadora —nos presentó Esme.

—Un gusto conocerte, Isa —dijo Rosalie con una leve sonrisa.

A Isadora le gustaba que las personas la llamaran por el diminutivo de su nombre; le parecía algo lindo y único. Por lo que no pudo evitar sonreír al escuchar que Rosalie la llamó Isa.

—El gusto es mío, Rosalie —dijo con una sonrisa en el rostro.

—Hey, Isadora, que gusto conocerte. Soy Emmett, el más fuerte aquí —dijo Emmett mientras sonreía.

—Mucho gusto, Emmett. Sí te creo que eres el más fuerte aquí —dijo entre risas.

Ya solo faltaba uno de los hijos de los Cullen. Cuando entró a la casa, Esme los presentó.

—Isadora, te presento a Edward —dijo Esme—. Edward, ella es Isadora.

Edward, por su parte, miraba con confusión a Isadora hasta que conectó miradas con Alice, quien parecía estar perdida en sus pensamientos. Fue entonces que los dos sonrieron y él volteó a verla.

—Mucho gusto, Isa. Espero te encuentres mejor —dijo mientras me daba una pequeña sonrisa.

—El gusto es mío, y sí, ya me siento mejor —dijo para devolverle la sonrisa.

Después de las presentaciones y de haber hablado por un largo tiempo, Carlisle, acompañado de Edward, Jasper y Emmett, salió de la casa para atender unos asuntos importantes. Lo que no sabía Isadora era que esos asuntos importantes eran cazar.

𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 𝘁𝗶𝗺𝗲; 𝗔𝗹𝗲𝗰 𝘃𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora