XIII

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Han pasado meses desde que regresamos a Forks y reanudamos nuestras clases en la escuela. Aunque todo parecía más tranquilo, aún circulaban rumores de personas muertas, probablemente asesinadas por vampiros.

Últimamente había estado teniendo sueños extraños. Siempre soñaba con un chico al que no podía verle el rostro completamente; solo podía ver sus ojos, unos ojos rojos como rubíes, brillantes pero a la vez profundos, lo que me causaba un escalofrío.

En los sueños, él siempre estaba frente a mí, pero nunca lograba acercarme completamente a él. Ya que siempre que estaba a punto de ver completamente su rostro un extraño humo negro me envolvía y eso siempre provocaba que me despertara en las madrugadas.

No le había contado nada de esto a los Cullen. Al fin y al cabo, es solo un sueño, ¿no?




—¿Estás segura de que a Bella le gustará este regalo? —pregunté, mostrándole el par de pendientes que había comprado para ella.

Alice pareció tener una visión sobre la reacción de Bella. —Le encantará, estoy segura —dijo con una gran sonrisa en su rostro.

Alice había organizado una fiesta de cumpleaños para Bella, pero esta no sabía nada al respecto. Al parecer, no quería celebrar su cumpleaños porque no le gustaba la idea de ser mayor que Edward, lo cual es gracioso considerando que Edward es mucho más antiguo que ella.

—Ya están listas, es hora de irnos —dijo Jasper mientras se acercaba a Alice e Isadora, quienes inmediatamente salieron hacia la cochera para subir a los autos y partir hacia la escuela.

Al llegar a la escuela, Isadora notó que Edward ya había llegado y estaba con Bella, por lo que decidió entrar a sus clases y darle el regalo a Bella después.

Las clases transcurrieron con normalidad, gracias a Rosalie y sobre todo Emmett, que mantenía a Isadora riendo con sus comentarios.

Después de las primeras dos clases, llegó la hora del almuerzo. Al salir del aula, se encontraron con Alice y Jasper.

—¡Isa, qué bueno que estés! Vamos a darle nuestros regalos a Bella— dijo Alice con emoción, mientras jalaba del brazo a Isadora hacia donde estaban Bella y Edward.

—¡Feliz cumpleaños!— exclamó Alice, con mucha emoción, en cuanto vio a Bella. Bella la abrazó inmediatamente.

—Dije que no quería regalos— dijo Bella, un poco apenada, pero con una pequeña sonrisa en el rostro al ver el bonito vestido que Alice le había obsequiado.

—Tuve una visión donde lo usarías y te encantaría. Lo llevarás esta noche, en mi casa— dijo Alice, haciéndole un lado a Bella para que viera a Isadora.

—Feliz cumpleaños, Bella. Espero que te guste— dijo Isa, mientras la abrazaba y le daba la caja de regalo con los pendientes que le había comprado.

—De verdad, muchas gracias, chicas—, dijo Bella, pero no terminó de hablar ya que Alice la interrumpió.

—Por favor, Bella, acepta. Nos divertiremos, te lo aseguro—, suplicó Alice, lo cual funcionó, ya que Bella aceptó la idea de la fiesta.

—Perfecto, te veo en mi casa a las siete—, dijo Alice, para después tomar de la mano a Isadora y dirigirse hacia donde Jasper las esperaba.

Pasaron un rato en la cafetería, junto a Emmett y Rosalie, planeando la fiesta. Rosalie no estaba del todo de acuerdo, pero terminó aceptando, ya que Alice se veía muy emocionada.

Los minutos pasaron y era hora de volver a su última clase.

—Las clases de la señora Marie son entretenidas, pero ya me aburro de escuchar sus historias siempre—, dijo Isadora con frustración, ya que cada clase de ciencias, la profesora se pasaba contando anécdotas.

𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 𝘁𝗶𝗺𝗲; 𝗔𝗹𝗲𝗰 𝘃𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora