𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 𝘁𝗶𝗺𝗲; 𝗔𝗹𝗲𝗰 𝘃𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗶

XXXII

Hoy era uno de esos días en los que Forks se encontraba levemente soleado. Isadora se encontraba con Alec acostada sobre el pasto, lleno de flores. El chico había cumplido sus misiones lo antes posible para estar con Isadora. Los Volturi tenían previsto que para esta misión tardaría máximos dos, ya que tenía que enfrentar a vampiros muy poderosos. Llevaba tiempo sin ver a Isadora, por lo que aquellos vampiros fueron pan comido. Estaba haciendo de todo para lograr volver a verla.

—Te estuve extrañando. Han pasado varios meses. Las cartas que nos enviamos eran lo único que me mantenía con esperanza de volver a vernos —dijo Isadora mientras se recargaba en un árbol con Alec recostado sobre sus piernas; le estaba acariciando el pelo.

—Y yo a ti. Estos meses nos han mantenido muy ocupados, pero en cuanto vi esta oportunidad, no dudé en venir. Jane me está cubriendo, una vez más —respondió Alec mientras cerraba sus ojos por la tranquilidad que sentía al sentir cómo Isadora acariciaba su pelo. Juraba que, si fuera humano, ya estaría dormido.

Así pasaron todo el día, estuvieron juntos hablando y compartiendo tiempo entre ellos. Al llegar la tarde, Alec decidió quedarse en un hotel para no causar problemas en la casa de los Cullen. Alec e Isadora habían estado hablando sobre si decirle a los Cullen que estaban juntos, pero Isadora temía la reacción que tendrían al enterarse.

—Y si primero se lo contamos a Carlisle, si él entiende las cosas y lo ve bien, los demás también lo harán —le dijo Isadora, Alec la miró pensativo.

—Mmm, sería una buena idea. Si él ve que todo está bien, los demás tal vez al principio no lo aceptarían, pero ya con Carlisle de nuestro lado tendrían que aceptarlo —respondió Alec mientras le ofrecía una mano a Isadora para levantarse de dónde se encontraban acostados.

—¿Cuándo le diremos? —preguntó Isadora para luego empezar a caminar con Alec a su lado.

—Mañana es mi último día aquí. Hagámoslo mañana antes de que me vaya —dijo mientras tomaba la mano de Isadora.

Si bien ni ellos se habían dado cuenta de cómo había surgido el amor entre ellos, ya que fue inesperado, pero no podrían negar que estaban enamorados.

Después de despedirse, Isadora entró a la casa y Alec se marchó rumbo a dónde se estaría quedando.

—Oh, hola, cariño. Pensé que aún seguirías en La Push —la recibió Esme con una sonrisa. Si le había mentido diciéndole que iría a La Push.

—Emm, sí quería seguir ahí, pero no encontré a Embry y no conozco a nadie más que a él y sus amigos. Así que decidí regresar —respondió.

—¿Está Carlisle en su despacho? —preguntó.

—Sí, ahí está. Si vas hacia allá, llévale esto —dijo Esme mientras le pasaba unos documentos del hospital.

Al llegar al despacho de Carlisle, le dejó los papeles sobre el escritorio.

—Hola, Isa. Pensé que llegarías más tarde —le dijo mientras empezaba a hojear los papeles.

—Hola, Carlisle. Puedo hablar contigo —preguntó con nerviosismo.

Carlisle alzó su mirada para verla.

—Mañana podrías ir conmigo a un sitio. Debo hablar algo importante contigo, pero necesito que nadie más sepa, por ahora —le pidió Isadora. Carlisle notó los gestos de Isa.

—Sí, claro. Solo dime en dónde y vamos —dijo Carlisle para después tomarla de las manos. Había notado el nerviosismo en Isadora.

—Gracias, padre. Iré a descansar. Nos vemos mañana —dijo con una sonrisa para después salir de ahí. Le había aliviado el hecho de que Carlisle no hubiera hecho preguntas.

Mañana sería un largo día.