Jay.

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Era temprano, pero se había levantado antes para preparar un rico desayuno. Su padre había salido afuera por el fin de semana a pasarlo con sus amigos y de paso pescar.

Se sintió un poco molesto, no había comido nada pero sentía un gusto muy amargo en su boca. Aunque el sabía que eso no se debía por algo que ingirió y que era más bien el sabor de sus sentimientos reprimidos.

Eso le dejaba mal gusto.

Se llevaba demasiado bien con su madre, casi jamás habían tenido una discusión. Siempre se tenían en contacto y al tanto de lo que pasaba, y este último tiempo Jay se había quedado en casa de sus padres. Ayudar a sus padres que ya estaban un poco ancianos lo mantenían ocupado más de lo que esperaba, y estaba bien, eso es lo que buscaba.

Era una mañana un poco nublada, aunque no parecía que iba a llover. Se encargó de preparar con delicadeza el desayuno y dejarlos sobre la mesa de la cocina, mientras se servía el café oyó los pasos de su madre detrás suyo.

— Buen día, corazón.

— Buen día, siéntate a desayunar. ¿Te sirvo té o café?

— Que delicioso se ve todo, un té está bien.

Se encargó de servir el té caliente en una taza mientras su madre ya había comenzado a probar algunos panecillos que acababan de salir del horno.

Almenos le ponía feliz saber que alguien disfrutaba de las cosas que hacía.

Su café estaba amargo, pero ya se había acostumbrado tanto a ese gusto que ni se molestaba por el azúcar. 

A pesar de disfrutar todo lo que su hijo preparó para ella, aún se sentía intranquila por qué sentía que algo estaba mal con él. Hace unos meses que había decidido quedarse en casa, pero lo notaba más exhausto y más serio.

— Hijo.

— ¿Sí?

— ¿Cómo te sientes hoy?. Te ves un poco desanimado, ¿es por el trabajo?.

Jay solo negó con la cabeza.

— Nada de que preocuparse, solo es cansancio.

— Es que haz estado llevando ese "cansancio" desde hace mucho. ¿Seguro que todo está bien?

— Sí, todo bien.

Su madre decidió no hacer más preguntas, era obvio que no iba a conseguir nada por más que preguntase con la dulzura del mundo.

— Hoy tengo cita con el medico, ¿me acompañas?.

— Por supuesto.

— De paso, iré a visitar a Jungwon, él se ha encargado de tu padre la semana pasada. Ya sabes, volvieron sus dolores de rodillas y decidió irse solo.

Jay hizo una pausa, y su madre lo notó. Pero antes de indagar, él ya estaba dando respuestas.

— No puedo ver a Jungwon, lo siento.

A su madre le pareció extraño, hasta donde ella sabía ellos se llevaban bien. Habían tenido una bonita amistad, antes no era extraño que Jungwon y Nicholas vayan a cenar en casa de Jay.

— ¿Por?, ¿pensé que aún se llevaban bien?. ¿Y Nicholas?

—  Ma, no hablemos de eso.

— ¿Te peleaste con ellos?

Pregunto con un tono más angustiada.

— No, no es eso. Solamente no puedo..

— ¿Por qué discutieron?, además Jungwon siempre ayuda a tu padre cuando tiene problemas, él ha sido tan amable con nosotros. Antes de que regreses él nos ayudo mucho a pesar de tener su trabajo y su esposo.

Amor Floral (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora