Vecina.

44 6 0
                                        

Jungwon esperaba pacientemente mientras miraba a través del gran ventanal que tenía enfrente, aquel que le permitía ver como la gente desbordaba el avión. El temblor que mantenía su rodilla derecha era lo único que le ayudaba a bajar la tensión que guardaba.
Cuando vio a su esposo bajar desde el gran avión  solo le quedó esperar para reencontrarse cara a cara.

Paso unos minutos buscándolo entre la multitud de los ex pasajeros y familiares, pero luego lo encontró dando vueltas igual de perdido que el estaba. Cuando ambos se percataron de la presencia del otro, a Nicholas se le formo una gran sonrisa en el rostro. La sonrisa más brillante y reluciente que llegó a conocer.

Jungwon se mareo un poco pero fue el quien inició la corrida a los brazos de su esposo. Genuinamente estaba emocionado por volver a verlo, innegablemente había pensado mucho en el estos días.

La corrida duró una eternidad para ambos pero el abrazo solamente duró el tiempo que tenía que durar. Sin embargo, a Nicholas lo tomó muy por desprevenido y por eso le gustó tanto esa cálida recibida. Desde el momento que recibió con los brazos abiertos, sin duda alguna, él lo disfruto mucho más.

Pero se sintió muy confundió y agobiado, cuando se dio cuenta que algo pasaba con Jungwon. Y se preocupo más cuando vio su cara llena de lágrimas y un poco enrojecida.

— ¿Amor?, ¿pasó algo?

Preguntó.

Jungwon solo escondió su rostro en el pecho de su esposo, sintiendo su calor y su aroma.

— No, es que.. no lo sé.

— ¿Me extrañaste?

Preguntó dejando besos en la cabeza de Jungwon.

— Sí, te extrañe.

— Yo también te extrañe, muchísimo.

Nicholas se encargó de limpiar, una vez más, las lágrimas de Jungwon para luego poner el beso más cariñoso en los labios de su esposo. 

— Creo que te quiero besar mucho por todos estos días que no estuve contigo.

Jungwon solo sonrió avergonzado.

— Estoy cansado, vayamos a casa. Traje muchos regalos y me gustaría que los vieras.

Nicholas tomó la mano de Jungwon y ambos caminaron de esa forma hasta llegar al auto que los esperaba afuera. El camino hasta su casa fue tranquilo para Nicholas, no se lo veía incómodo ni preocupado mientras hablaba sobre cuanto había disfrutado los tiempos libres que tuvo durante su viaje. Y halagaba sin parar el dulce pastel que Jungwon había comprado antes de ir al aeropuerto. 

Llegando a su departamento, caminaron tranquilos hasta la puerta de su casa. Nicholas arrastraba muy cansado las maletas detrás suyo, pero llevaba libre una de sus manos para sostener la de su esposo. Al llegar a la puerta, en un movimiento torpe Jungwon dejo caer las llaves de su casa, y Nicholas notó como su vecina se asomó de manera curiosa por su puerta.

— Oh, buenas noches. ¿Cómo te encuentras, Kim?

Jungwon rápidamente levanto las llaves del piso, y miro nerviso la cara sorprendida de su vecina. Bajo la presencia de Nicholas, fingió saludarla con leve movimiento de cabeza y volteó para abrir la puerta.

— Oh, Wang. Buenas noches, luces muy cansado.

— Si, acabo de bajar del avión.

— Oh, ¿saliste de viaje?

Jungwon abrió la puerta, y se apresuró a tomar el equipaje de Nicholas.

— Pues sí, estuve fuera por viajes de negocios. Cosas aburridas.

— Oh, no note que no estuviste en tu casa.

Jungwon disimuladamente tiro de la manga del abrigo de Nicholas pero de todas maneras su vecina notó ese pequeño gesto.

— Entremos.

— Sí, sí. Bueno, nos despedimos. Buenas noches, Kim.

— Buenas noches, Wang.

Jungwon trató de disimularlo pero era muy notorio que la inesperada apareción de sí vecina le causó un poco de nervios. Ya que no estaba seguro que tanto o que había interpretado ella la noche anterior después de haberlo visto en condiciones poco presentables.

Y le ponía ansioso pensar que su vecina sabía y podía comentarle a Nicholas que un hombre estuvo en su casa la noche que el no estaba presente.

No quería que aquella noticia llegue a oídos de su esposo por otros.

Amor Floral (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora