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Pov: Maddy

El silencio cómodo nos envolvía mientras seguíamos en el suelo del baño. Sentía una extraña paz después de todo lo que había pasado, como si ese peso invisible que siempre cargaba se hubiera aligerado un poco

Vicky, aún acariciando suavemente mi espalda, rompió el silencio con su voz suave, casi un susurro

— ¿Qué te parece si vamos a desayunar algo, mami? —preguntó, con una pequeña sonrisa que se asomaba en sus labios mientras se levantaba lentamente— Siento que un cafecito y unos pancakes nos harían bien

Vi como me extendía su mano para ayudarme a levantarme, tome su mano y me levanté, aunque aún sentía ese impulso de protegerme, de esconderme, como si mi primer instinto fuera ponerme el pupilente antes de enfrentar cualquier cosa.

— Sí, claro... —le respondí, titubeando un poco—. Pero espera que voy a ponerme el pupilente

Me di la vuelta para ir a ponérmelo, pero antes de que pudiera dar un paso, sentí su mano suave sujetando mi muñeca, su toque delicado pero firme. Vicky me detuvo, y cuando giré para mirarla, sus ojos estaban llenos de una sinceridad que me atravesó.

— Maddy, no te pongas el pupilente —dijo, con una tranquilidad que solo ella podía transmitir—Estás perfecta así, no necesitas esconder nada.

Me quedé quieta, sorprendida por su simpleza, por la naturalidad con la que dijo algo que para mí siempre había sido tan complicado. Antes de poder reaccionar, me envolvió en un abrazo cálido, su cuerpo transmitiendo seguridad y ternura.

— No tienes que esconderte —susurró en mi oído, con su voz cargada de ternura, mientras acariciaba mi espalda suavemente— No conmigo mads

Me relajé en su abrazo, con mi cabeza en su pecho, el calor de su abrazo y sus palabras me llenaban de una paz indescriptible. Mi corazón, que antes latía con nerviosismo, ahora lo hacía con calma, permitiendo que sus palabras se filtraran en mi mente. ¿Podría realmente empezar a ser yo misma, sin esa constante necesidad de ocultar una parte de mí? Con Vicky, al menos, parecía posible.

Nos quedamos así por unos segundos más, en silencio, hasta que Vicky rompió el momento con un susurro juguetón:

— Bueno, mami, vamos a hacernos de desayunar, porque si no lo hacemos pronto, voy a terminar queriendo comerte a ti en lugar de la comida —dijo Vicky, guiñándome un ojo con una sonrisa traviesa y me dio un pequeño apretón en la cintura, haciéndome reír

— omg María victoria!!  —protesté entre risas, apartándome un poco, pero el rubor en mis mejillas no mentía.

— q paso mami — Me sonrió tiernamente como si no me acabes de decir eso pero tenia esa chispa juguetona en los ojos que tanto me gustaba. Luego, me tomó de la mano y me guió fuera del baño, rumbo a la cocina.

El sol de la mañana seguía iluminando el departamento, y mientras caminábamos, no pude evitar notar lo fácil que se sentía todo con ella. A pesar de lo que acababa de pasar, de mis inseguridades y miedos, con Vicky todo se sentía... diferente. Más liviano.

— ¿si hacemos pancakes o se te antoja otra cosa mami? —preguntó mientras llegábamos a la cocina. Soltó mi mano solo para abrir el refrigerador y revisar los ingredientes

Me quedé observándola mientras revisaba el refrigerador, su cabello algo despeinado, su rostro sin maquillaje, la pijama que le quedaba suelta pero, de alguna manera, lograba hacerla ver aún más linda. No podía evitar sentir una calidez en mi pecho mientras la veía moverse, como si fuera la cosa más natural del mundo estar aquí con ella. Había algo en su manera de ser, en cómo hacía que todo pareciera tan simple, que me atrapaba por completo.

𝑻𝒉𝒐𝒔𝒆 𝒆𝒚𝒆𝒔  ✰ 𝐘𝐨𝐮𝐧𝐠 𝐌𝐢𝐤𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora