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Los días pasaron, pero aquel breve encuentro en el baño seguía rondando en mi cabeza. No era común que alguien me hiciera sentir tan cómoda en tan poco tiempo. Y aunque sabía que Vicky probablemente ya ni se acordaba de mí, me sorprendía cuánto deseaba volver a verla.

Para despejar la mente, decidí cocinar pasta para cenar. Además, no recordaba la última vez que había comido algo decente y no solo snacks, cafés o tés apresurados.

Fui a revisar lo que tenía en la alacena... y, como era de esperarse, me faltaba la mitad de lo necesario. Me puse las pantuflas, agarré las llaves y salí rumbo al súper.

Primero pasé por la sección de verduras. Me agaché para tomar unos tomates, y mientras los revisaba, pensé que también debería llevar un poco de albahaca. Me estiré para alcanzar un paquete en la estantería, pero perdí un poco el equilibrio... y terminé chocando contra algo —o alguien— suave pero firme.

—¡Ay! —exclamé, alzando la mirada rápidamente— Lo siento mucho... otra vez —añadí, sorprendida al verla frente a mi

—Hola de nuevo —respondió Vicky, soltando una risa baja— ya como que se nos está haciendo costumbre encontrarnos así —dijo con una sonrisa mientras me ayudaba a párame

No pude evitar reírme, y en ese momento, todos mis nervios se desvanecieron. Era un alivio ver a vicky de nuevo.

—Sí, parece que sí

—cuéntame ¿qué haces po'l aquí? —preguntó, echando un vistazo a mi carrito casi vacío

—Buscando ingredientes para hacer pasta —contesté con una sonrisa

—Acho que rico

—Solo espero que me salga bien... soy un poquito torpe en la cocina —dije, haciendo la seña de "poquito" con los dedos.

—Acho, mami, estoy segura de que te va a quedar brutal —dijo Vicky con una sonrisa

Mi corazón dio un vuelco al oír cómo me había llamado, pero traté de actuar tranquila.

—¿Y tú? ¿Qué te trae por acá, María Victoria? —pregunté, sintiendo cómo se me subía el color a las mejillas

—¡Acho, no me digas así! —dijo riendo— Dime Vicky o como tú quieras, María Victoria me hace sentir old mami —Negó con la cabeza, divertida— pero contestando a tu pregunta, me dio hambre y en el Airbnb no teníamos na', so vine pa' acá a comprar cosas y ver qué puedo comprar pa' cocinar ma' tarde

Sentí como mis mejillas se calentaba mas pero intenté disimularlo, y una idea se me vino a la cabeza.

—Bueno, Vicky... si no tienes planes y no te molesta, podrías venir a mi depa esta noche y comemos pasta... —dije con la voz temblorosa — perosolo si quieresverdad no te estoyobligando, esta biensino quieres, y tienesmejorescosasque hacer — solté todo rápido y nerviosa

Vicky se rió bajito y levantó las manos, haciendo una seña de "calma"

— mami para para, que no te entendí na', breath — dijo con una sonrisita— Pero sí, me encantaría cenar contigo, Maddy

Su respuesta me descolocó —en el mejor sentido—. Una mezcla de nervios y emoción me invadió de golpe. Me reí nerviosa y, por dentro, di un gritito de victoria. Aunque, claro, enseguida llegó el pánico: ¿Y si no le gusta? ¿Y si la pasta me queda horrible? Mientras intentaba calmar el torbellino en mi mente, sonreí de vuelta, tratando de parecer relajada.

Sacudí la cabeza para sacarme esos pensamientos y le sonreí, tratando de parecer relajada.

— Okay, solo.. no te vas a reír si algo sale mal, ¿eh? —le dije, apuntándola con el dedo y sonriendo

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora