INTERLINKED ✉︎ Young Miko

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✰ Antes de empezar, te hago saber que el capítulo contiene leves menciones sobre temas fuertes, leer bajo tu responsabilidad.

Ambas regresamos a la sala. Nos acomodamos en el sofá, reiniciando la película, aunque con el corazón aún latiendo rápido por lo que había pasado antes en la cocina. Intenté concentrarme en la pantalla, pero la presencia de Vicky a mi lado era imposible de ignorar. Cada pequeña risa, cada suspiro que soltaba, se colaban en mi mente, robándome la atención.

Pasaron varios minutos hasta que noté que, en lugar de ver la película, Vicky me estaba mirando. Mi corazón dio un vuelco al voltear y encontrar sus ojos azules fijos en mí, con una intensidad que hizo que se me secara la boca. El brillo en su mirada, una mezcla de ternura y deseo, me hizo sentir tan vulnerable y, al mismo tiempo, con una confianza que no sabía que tenía.

—¿Qué pasa? —susurré, intentando sonar casual, pero mi voz traicionaba lo acelerado de mi corazón.

— nada' mami, me gusta verte — me dijo vicky viéndome con una sonrisa pequeña

— Ohh.. —dije soltando una risita nerviosa, bajando la mirada, jugueteando inconscientemente con un mechón de mi cabello.

Vicky notó el movimiento y levantó su mano para apartar suavemente el mechón de su rostro, dejando sus dedos reposar en su mejilla un instante más de lo necesario.

— in fact, una de las cosas que ma' me gusta de ti, es la paz que me transmites maddy —contestó, sin perder esa sonrisa suave

Sentí como mi corazón dio un vuelco y mis mejillas se calentaron, y sentí un impulso crecer en mí. Me acerqué a ella, acortando la distancia que nos separaba. Mis ojos se movieron de sus labios a sus ojos, buscando alguna señal de duda, pero solo encontré esa misma calidez y paciencia que siempre me brindaba. Lentamente, cerré el espacio entre nosotras y posé mis labios sobre los suyos.

Vicky reaccionó de inmediato, soltando un suave suspiro en respuesta mientras profundizaba el beso, una de sus manos se deslizó con delicadeza hasta mi mejilla, acariciándola con una ternura que hacía que todo mi cuerpo se estremeciera. La otra mano se posó en mi pierna, acariciándola levemente. Cuando nos separamos apenas unos centímetros, su mirada seguía clavada en la mía, y en ese momento, el silencio entre nosotras decía más que cualquier palabra.

—Sabes que no tienes que apresurarte, ¿verda'? —susurró Vicky, su pulgar trazando círculos suaves en mi mejilla

Asentí, dándole un pico rápido sintiendo cómo la calma se extendía dentro de mí al escuchar esas palabras. Por primera vez, sentí que no había prisa, que estábamos en sintonía, y que cada pequeño paso que daba con ella era tan importante como el siguiente.

Mientras estábamos así, inmersas en la tranquilidad, Vicky de repente volteó hacia la esquina donde estaba mi guitarra

—¿Qué es lo que hay en esa libreta mami? —preguntó con curiosidad

Sentí cómo la ansiedad comenzaba a apoderarse de mí, al darme cuenta que no habia guardó la libreta que contenía mis pensamientos más íntimos, fragmentos de letras y sueños que había mantenido ocultos por miedo a ser juzgada. Con un leve titubeo, respondí:

—Oh, eh... solo son garabatos —dije, tratando de desviar la atención, pero mi voz sonaba menos convincente de lo que quería.

Vicky frunció el ceño, y podía ver que no se lo creía del todo.

—can I see them, mami? —insistió Vicky, su mirada intensa y curiosa anclada en mí.

—No son la gran cosa, Vic. Solo perderás tu tiempo. Mejor sigamos viendo la película —respondí, intentando desviar la conversación.