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La luz del sol comenzaba a filtrarse por la ventana, iluminando la habitación con una suave tonalidad dorada. Abrí los ojos lentamente, sintiendo una cálida suavidad envolviéndome. Mi cuerpo estaba entrelazado con el de Vicky, su piel desnuda contra la mía, su respiración era lenta y constante, podía sentir su pecho subir y bajar contra mi espalda.

No quería moverme, no quería romper ese momento de calma. Me quedé ahí, en silencio, escuchando el latido pausado de su corazón.

Su brazo está rodeando mi cintura, firme pero suave, como si no quisiera soltarme ni siquiera en sueños. Me moví apenas, lo suficiente para poder verla mejor. Su expresión dormida era tan serena, tan diferente de la intensidad que solía mostrar despierta. Observándola así, una pequeña sonrisa se formó en mis labios, al darle cuenta de cuanto la quería.

Lleve mi mano a su brazo, acariciándolo con suavidad, mientras recorría las líneas de sus tatuajes. Mis dedos se detuvieron en su mano y con delicadeza, entrelacé mis dedos con los suyos. Cerré los ojos de nuevo, acurrucándome mas contra su cuerpo, buscando calor.

Sentí como, poco a poco, su respiración cambiaba. Su cuerpo se movió ligeramente, dando señales de que estaba comenzando a despertar. Me giré despacio, y sus ojos aún entrecerrados por el sueño, se abrieron lentamente dejándome ver esos ojos azules que siempre me cautivaban, brillando suavemente con la luz tune que entraba por la ventanas.

Vicky al mirarme sonrió suavemente, y sin hacer ruido, acercó su rostro al mío. Con una mano, acarició mi mejilla.

— Buenos días, mami — susurró con voz rasposa de sueño, su tono bajo.

No respondí de inmediato. Simplemente me acomodé más cerca de ella, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba a mi movimiento, rodeándome con sus brazos, como si no quisiera soltarme.

— Buenos días... — murmuré finalmente, mi voz algo dormida.

La pequeña sonrisa de Vicky creció un poco, y me besó suavemente en la frente.

— ¿Dormiste bien? — me preguntó, su voz suave pero llena de esa calidez que siempre me envolvía.

— Sí, mejor que nunca — respondí con una sonrisa, acariciando su mejilla con ternura

Vicky se acercó un poco más, sus labios casi rozando los míos, y antes de que pudiera juntar nuestros labios me alejé. 

— Espera, no me he lavado los dientes — le dije con una risa suave, sonrojándome ligeramente

Vicky me miró con una sonrisa burlona, sus ojos brillando con diversión.

— ¿Tú crees que eso' me importa? — dijo, acercándose más, su sonrisa traviesa iluminando su rostro— Mami, después de lo de ayer, believe me, no me importa

Solté una risa nerviosa, pero antes de que pudiera responder, Vicky me tomó de la cintura con firmeza y me besó con esa misma intensidad que siempre tenía.

Cuando nos separamos lentamente, sus ojos me buscaron y me miro con una sonrisa

— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? — preguntó suavemente, su tono lleno de cuidado.

— Me siento perfecta — le respondí, sincera — Todo fue perfecto, de verdad

Vicky sonrió al escucharme, su rostro suavizándose con la tranquilidad de saber que todo había estado bien. Nos quedamos ahí, hablando en voz baja, dejando que nuestras risas suaves y susurros llenaran la habitación, envueltas en el calor de las sábanas y nuestros cuerpos juntos, disfrutando de la tranquilidad que nos rodeaba.

Hasta que, de repente, mi estómago emitió un gruñido bajo, rompiendo el momento de paz. Vicky se echó a reír, sonriendo de manera juguetona.

— someone is hungry  — dijo, riéndose y acariciando mi estómago.

INTERLINKED  ✉︎  Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora