✰ El choque fue inevitable, el impacto fue suave, pero suficiente para desorientarla, Madeline sintió el impacto y dio un pequeño paso atrás, su bolso resbalando de su hombro. Alzó la mirada para disculparse, y ahí fue cuando todo se detuvo.
Sus ojo...
La luz que entraba por la ventana de la habitación de Maddy era tenue, pero suficiente para que despertara con un leve bostezo.
Sus ojos se abrieron lentamente, pesados por el cansancio acumulado de la noche anterior. Su cuerpo se sentía inmóvil, como si la cama la retuviera con una fuerza invisible. Había pasado horas componiendo y organizando ideas, sin darse cuenta del tiempo hasta que era demasiado tarde.
Con un suspiro, se incorporó apenas, abrazando las sábanas como si con eso pudiera recuperar un poco de energía. Su cabeza estaba aturdida, y la niebla del sueño todavía envolvía su mente.
— Solo cinco minutos más... — murmuró, dejándose caer nuevamente contra las almohadas.
El suave zumbido de su teléfono vibrando sobre la mesa interrumpió su intento de regresar al mundo de los sueños. Con un gesto perezoso, estiró la mano hasta alcanzarlo y vio la pantalla iluminarse.
Era un mensaje de Vicky.
De inmediato, sus labios formaron una ligera sonrisa, y cualquier rastro de sueño comenzó a desvanecerse al leer el nombre que aparecía en la notificación.
Vicky 💖: Ya voy por ti mami Llego como en 30 minuto
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Maddy suspiró, sintiendo una mezcla de emoción y cansancio. Quería ver a Vicky, pero su cuerpo parecía no estar de acuerdo. Finalmente, se levantó, tropezando con las sábanas mientras se dirigía tambaleante al baño.
Con movimientos tropes, se lavó la cara con agua fría, tratando de espabilarse un poco. Al mirar su reflejo en el espejo, se dio cuenta de lo cansada que se veía, con los ojos ligeramente hinchados y el cabello enredado. Soltó un suspiro antes de decidirse por una ducha rápida de diez minutos para reanimarse.
Ya más despierta, fue a elegir su ropa. No quería complicarse demasiado, así que optó por un atuendo cómodo pero bonito, algo casual que la hiciera sentir bien consigo misma. Apenas terminaba de ponerse los tenis cuando otro mensaje llegó a su celular:
Vicky 💖: Ya llegueeee
Maddy se apresuró a tomar su bolso y salir del departamento, en cuanto vio el auto de Vicky estacionado afuera, una sonrisa apareció en su rostro. A pesar de lo cansada que estaba, la idea de pasar el día con ella la hizo olvidarse del sueño.
Vicky me vio con una sonrisa despreocupada mientras me acercaba al auto.
— Buenos días, Mads — dijo Vicky, cuando me subí al auto.
Me giré y me incliné hacia ella, dejando un beso suave en sus labios. Sentí cómo sonreía contra mi boca.
Me separé lentamente y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
— Buenos días, Vicky — murmuré, viéndola con ternura mientras me acomodaba de nuevo en mi asiento.
Ella sonrió con esa chispa característica en sus ojos, me extendio una bolsa de papel y un vaso de cafe.
