Una dama, una Lady, siempre debe dar una buena imagen.
Una Lady no muestra sus emociones en público.
No.
Nosotras somos la imagen de la serenidad.
Por eso antes de tomar el título nos dan "libertad" durante nuestros años universitarios.
Libertad no...
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—Una Van De Laar—La voz de mi padre retumba al otro lado de la línea, dejo salir el humo del cigarro mientras me recargo contra la pared del aula vacía— ¿En qué estás pensando Rage? No reprocho ninguno de tus movimientos, pero es la niña de Neil, hijo, es un negocio peligroso—Pellizco el puente de mi nariz, esperando que mágicamente el dolor de cabeza desaparezca y me permita responderle a mi padre de forma correcta sin mandarlo a la mierda.
—Y sin embargo es mi mujer—Hablo con seriedad—No veo el problema, mamá tampoco era parte de la Bratva según recuerdo—Escucho su suspiro de frustración, así como el tintineo de los hielos, incluso escucho el rechinar del cuero de la silla en su despacho en casa, son las 3 de la mañana en Los Ángeles, y estoy seguro no ha dormido nada.
Como yo, motivos diferentes, sin embargo tenemos los mismos buenos hábitos de sueño.
— ¿Cuándo la conoceré? Tu madre se volvió loca cuando le conté de tu secretitomalysh, tienes que presentarla pronto, o me hará viajar a la isla para ellapresentarse—Y lo creo, Seraphina Sokolova no bromea, no con cosas así.
—Pronto papá—Prometo, porque ya no puedo esperar más, para incluirla en la familia, así como ella no puede esperar más a darme la introducción a la suya, Neil se cagara en sus pantalones cuando me vea, y Chrysander seguramente va a querer colgarme de las pelotas por atreverme a tocar a su princesa, nada que no pueda manejar.
—Eso espero—Espero a lo demás, sé que mi padre no solo llamo para presionarme con mi relación—Ten cuidado hijo, malas lenguas me han informado de ataques internos, quieren revocarnos, no los dejaremos—Cierro los ojos con fuerza sé muy bien lo que están tratando de hacer, hace unos días tiraron a Adrik de su motocicleta, tres bastardos contra él, dos muertos y uno en nuestro sótano siendo interrogado por Korina, ahora desea haber muerto en el atraco, múltiples intentos de hackeo a nuestros servidores contrarrestados por Soren y rastreados hasta que sus equipos explotaron, literalmente, por el virus de sobre carga que envió de regalo, trataron de envenenar a Korina cuando pidió su expresso en la cafetería la mañana de ayer, el regusto más amargo la hizo enfadar y le dio dolor estomacal, ahora le faltan tres dedos al imbécil del sótano por el disgusto y molestias causados, pero no han venido por mí.
Y eso me preocupa.
—Lo sé, estamos haciéndonos cargo de ello—Son simples ratas, envidian la comida del rico, no me preocupan, pero me resultan jodidamente molestas.
—Irán por tu chica—Advierte—Espero tengas una guardia para ella, así como el que le estés enseñando a defenderse—Ivan y Javor están a cargo de cuidarla, son mis mejores hombres, después de Korina, ella misma los aprobó para la misión, no me decepcionaran, o lo pagaran con su vida, respecto al cuidarse ella misma, tengo una serie de regalos para mi ángel, le enseñare a usarlos y será aún más letal de lo que es.
—Morirán antes de acercarse a ella—Admito, mi padre suelta una risa baja—Debo irme papá—Se despide y corta la llamada no sin volverme a recordar, el presentarles a mi mujer.
Abandono el aula, sin embargo algo no se siente bien, verifico la hora en mi teléfono las 11 de la mañana, debería estar repleto de estudiantes, debería haber ruido y movimiento por donde sea que buscara y solo me encuentro con un silencio sepulcral.
—Hagan esto más fácil para ustedes—Hablo al aire dejando caer al piso el cigarrillo y pisándolo—Ríndanse, den sus caras y podre considerar el no matarlos—Mentira, los matare por traición y los entregare por pedazos a sus estúpidos padres que creyeron podrían desafiarme.
De las sombras aparecen cinco figuras, todos hombres, dos de mi altura, tres más bajos que yo, visten completamente de negro, rostro cubierto, no veo armas visibles pero sé que las portan.
—No lo tome personal jefe—El titulo lo dice con burla, el que está frente a mí, y solo por eso será el primero en morir, le hare tragarse su lengua—Ordenes son ordenes, no podemos dejar a un inestable guiarnos—Da un paso adelante, la escasa iluminación de las bombillas reflejan la luz en la navaja táctica que ha desenfundado, a la vez escucho el sonido de, el retiro de seguro de dos armas a mis lados, G21, armas sencillas de usar, pequeñas, un tamaño justo para el bolsillo, eso deja a los dos restantes desarmados, por lo tanto los querrán usar para inmovilizarme, interesante formación.
No han aprendido nada de Korina.
Por suerte ellos traen demasiadas armas, no será necesario usar las mías, el primero se abalanza sobre mí, movimientos rápidos y descuidados, el cuchillo viene en mi dirección cuando logro desviarlo golpeando con mi palma en su ante brazo, causando que el filo corte mi hombro izquierdo, algo no tan profundo, espero, aprovechando su vacilación hago palanca acercándolo a mí, sonrió cuando sus ojos se abren en terror, mis dedos índice y corazón viajan a sus cuencas apretando con fuerza, su aullido de dolor al parecer altera a sus compañeros, porque uno de ellos dispara, caigo con el cuerpo del imbécil número uno, ahora en donde estaban sus ojos solo hay sangre, tomo el cuchillo empuñándolo debidamente.
—Están jodidos—Admito con cierta diversión en mi voz.
Los desarmados vienen contra mí, los dos a la vez, aprovechando mi posición en el suelo deslizo y arremeto contra el tendón de Aquiles en su pie, haciéndolo caer, sin embargo y para mi sorpresa, su otra pierna me golpea en la cabeza, haciéndome caer y golpear contra el suelo con fuerza, joder esto me dará más dolor de cabeza, sin embargo yo lo deje sin poder caminar, ruedo sobre mi costado cuando una bota táctica viene a por mi cabeza, regalando otra puñalada en la pantorrilla, jalo hacia arriba para desgarrar el musculo, me levanto con rapidez, cuando estoy por incorporarme un puño se estrella contra mi mejilla derecha me desestabiliza por un segundo, me recupero, lanzo el cuchillo gozando del sonido que genera el que se enterró en mi objetivo y el imbécil termina de caer muerto al suelo, con el filo clavado en su frente, cuando el de la pantorrilla desgarrada viene por mi nuevamente lo tacleo con mi hombro ignorando el dolor punzante por el corte, sacándole el aire, lo hago girar sobre mi espalda y lo azoto contra el piso, desenfundo el cuchillo de mi pantorrilla y corto su garganta en un tajo certero, a tiempo para esquivar otro disparo, joder, es una pelea a cuchillos ¿No recibieron el memo?.
—No te muevas Sokolov—El cañón está en mi nuca, no me permite incorporarme, podría verse como una desventaja para mí, solo me ha hecho la tarea de matarlo más fácil—Suelta el arma, te daré una muerte rápida—Levanto las manos con lentitud, dejando caer mi arma, el tintineo del metal resuena entre nuestras respiraciones agitadas y el gorgoteo de la sangre—Tú y tu padre se creen invencibles, solo son unos idiotas pretenciosos, todos temiendo de la parca de la Bratva y lo tengo ahora a mi merced—Pongo los ojos en blanco, dejando que se regodee por última vez en su vida, se ríe presionando con más fuerza el cañón sobre mi cabeza, es cuando llevo mi mano derecha tomándolo de la muñeca, tomándolo por sorpresa, lo jalo hacia delante, giro sobre lo rodilla doblado su brazo de forma dolorosa contra su espalda, tomando el arma con mi mano izquierda y poniéndola contra su cabeza.