Una dama, una Lady, siempre debe dar una buena imagen.
Una Lady no muestra sus emociones en público.
No.
Nosotras somos la imagen de la serenidad.
Por eso antes de tomar el título nos dan "libertad" durante nuestros años universitarios.
Libertad no...
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Un gran salón de baile, lleno de mesas arregladas con manteles de seda y bordados de hilo de oro, meseros que ganan lo que cuesta mi auto por atender a todas las personas aquí, sirviendo burbujeante champagne rosado o una excelente botella que la misma reina Isabel desearía tener en su conserva, la gran araña de cristal cuelga de la cúpula, iluminando las pinturas que imitan a las del gran Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, incluso han sacado cuadros de millones de libras para adornar el lugar, una pequeña demostración de lo que el dinero puede hacer.
Saco el teléfono de mi pequeña cartera, no puedo evitar la sonrisa que se desliza por mis labios cuando leo el mensaje.
Emo
Disfruta de tu evento de gente estirada ángel.
No me des motivos para cometer asesinato.
Yo
¿Desde cuándo necesitas motivos?
Deberías estar aquí, el abuelo estaría feliz de conocerte.
Emo
Aprecio la vida de mis testículos.
Pero me alegra saber que me extrañas.
Pongo los ojos en blanco guardando el teléfono nuevamente, cuando llegan a mi mis hermanos, Kian luciendo tan letal como siempre, vestido en un traje hecho a medida por su sastre personal en un color vino, su saco abierto, dejando su camisa blanca a la vista, con una pajarita del mismo color de su saco, puedo ver el bordado del escudo de nuestra familia en el bolso de su saco, Des por su parte esta con un traje completo negro, y camisa blanca, en lugar de pajarita porta una corbata, nuestro hermano mayor porta la sonrisa empresarial que se esperaba del heredero del imperio Van De Laar, Desmond luce imperturbable, estoico la imagen de la seriedad, por mi parte, vestida en un hermoso vestido de mangas de gasa con estampado floral en la parte del pecho y mangas, cabello recogido en una coleta alta, con las mejores joyas adornando mi cuello, muñecas y dedos.
—Agh por favor, se menos obvia—Kian se queja, mientras desliza una copa de champagne en mi mano.
— ¿De que estas hablando? No entiendo nada sobre todo viniendo de un tipo que acosa a mi mejor amiga desde infantes—Oculto mi sonrisa dándole un sorbo a la bebida burbujeante.
—Ustedes dos son tan molestos—Des dice en un bostezo— ¿Cuándo llegara el abuelo? — Y ahí está la verdadera razón de por qué estamos todos aquí, Chrysander Van De Laar, un anciano de renombre y conocido en el mundo como la bestia de los negocios, no hay forma en que Chrysander no gane aunque parezca que pierde.