MINHO

LA CAMIONETA MERCEDES-BENZ que nos llevaba y traía de Yonsei ni siquiera se había detenido del todo delante de las puertas cuando Jaehyun abrió de un tirón la puerta corrediza y saltó fuera.

—Jesús, hombre, ¿cuál es tu prisa? —refunfuñó JongHyun, sin prisa por moverse mientras sorbía tranquilamente su café. Al menos, supuse que era café. No sabía lo que había en el vaso.

—Alguien está entusiasmado con el penúltimo año —dijo Jungwoo, ajustándose la correa de la mochila mientras salía a la acera—. Nunca pensé que sería Jaehyun.

Jaehyun puso los ojos en blanco. —No necesito que nadie me abra una puta puerta.

—Habla por ti. —Cuando Key se unió a ellos, acarició la mejilla de Jaehyun y sonrió satisfecho—. Pero gracias por hacer los honores.

Compartí una mirada con Taeyong y Baekhyun antes de movernos de la parte trasera de la camioneta. JongHyun seguía recostado en su asiento y le di una patada en el tobillo al pasar.

—¿Piensas venir con nosotros, o hay una convención en la ciudad de la que no sé nada?

—Eso fue la semana pasada —dijo JongHyun sin perder el ritmo. Dio otro sorbo a su bebida y me siguió fuera de la camioneta, justo a tiempo para que nuestro conductor cerrara la puerta tras nosotros.

—Gracias, Shindong. —Le di una palmada en el hombro a nuestro nuevo conductor y le sonreí. Sus ojos se abrieron de sorpresa antes de asentir una vez.

—Por supuesto, Sr. Choi.

Mientras se iba, Key se puso a mi lado, pestañeando. —Cualquier cosa por usted, Sr. Choi. ¿Le gustaría que lo lleve? ¿Una copa? ¿Un polvo?

Me reí y lo empujé lejos de mí. Qué trasero pomposo. Llevaba un traje a medida que había combinado con un pañuelo y guantes. Resultaba casi impresionante, teniendo en cuenta que hoy habría aviso de calor en Seúl.

Pero mi amigo y compañero de piso consideraba la reputación y el estilo por encima de casi todo, y no podía negar que su vestuario se me había pegado. Excepto que a mí nunca ni muerto me atraparían con un maldito pañuelo. Llevaba el cuello de mi polo blanco de manga corta desabrochado para que no se me subiera al cuello, pero llevaba una chaqueta negra por si había frio en la clase.

Atravesamos las puertas principales y entramos en el patio, donde cientos de estudiantes se arremolinaban a la sombra del imponente edificio.

El primer día de clase no era precisamente lo más destacado de mi año, pero tal y como yo lo veía, cuanto antes empezáramos, antes nos largaríamos, ¿no? No quería prolongar mi carrera universitaria más de lo necesario, sobre todo después de lo sucedido a finales del año pasado.

Nos reunimos junto a uno de los bancos y dejamos caer sobre él nuestras bolsas y nuestros culos. Jaehyun se hizo a un lado y sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo trasero, y antes de que pudiera llevárselo a la boca, Baekhyun ya lo estaba insultando.

—Ni se te ocurra encender eso cerca de mí.

Jaehyun le dirigió una mirada de ¿me estás tomando el pelo?

—A diferencia de ti, a mí me importa mi puto cuerpo y me gano la vida con él, así que, si quieres chupar un palo cancerígeno, hazlo en otro sitio.

—Baek... —Taeyong, el hermano de Baekhyun, negó con la cabeza.

—¿Qué? ¿Me estás diciendo que quieres oler esa mierda? Me estoy preparando para uno de los rodajes más importantes de mi carrera. Tengo que estar en plena forma, y...

EL PRÍNCIPE DE GANGNAM-GUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora