Cuando una persona ama a alguien, busca la manera de gustarle y sino... pues se fuerza el destino.
Draco odiaba a Harry, lo odio desde el primer momento en que rechazó su amistad.
Harry se había enamorado de Cedric, y quería que él se fijará en él...
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｡･ﾟ♡ﾟ･｡:chapter four:｡･ﾟ♡ﾟ･｡ ✐; imposible de mirar│ │ ┆ │ ┆
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𝐄𝐑𝐀 𝐔𝐍 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐄𝐓𝐎 𝐃𝐄𝐒𝐀𝐒𝐓𝐑𝐄. Harry no podía creer que un hechizo tan sencillo hubiera desencadenado todo esto. Claro, él jamás había considerado que pensar en un nombre mientras lanzaba el encantamiento causaría problemas, pero ahora tenía a Draco Malfoy siguiéndolo como un cachorro enamorado. Y para empeorar las cosas, el pergamino con el hechizo había desaparecido al despertar, como si nunca hubiera existido.
Tiene que haber un contrahechizo. Tiene que haberlo, pensó Harry mientras subía las escaleras hacia la Torre de Gryffindor con los demás chicos. Estaba tan concentrado que no vio a tiempo que el grupo se había detenido y terminó chocando de lleno contra Seamus.
—¡Ouch! —se quejó Seamus, frotándose la espalda antes de apartarse—. La Dama Gorda no nos deja entrar.
Harry frunció el ceño y miró hacia el retrato, donde la Dama Gorda sostenía una copa de vidrio y... ¿estaba cantando? Mejor dicho, aullando, intentando romper el vaso con su voz chillona. Las demás pinturas de alrededor se tapaban los oídos, y los chicos de Gryffindor hacían lo mismo.
—Fortuna Major —intentó decir Harry, tratando de captar su atención. La Dama Gorda levantó un dedo como pidiéndole paciencia.
—No, no, no... aguarden, querido. Un segundo. —Su voz cantarina se volvió aún más aguda mientras forzaba su canto, como si de verdad pensara que lograría romper la copa. Al final, se rindió y la rompió discretamente contra la pared, con una sonrisa falsa.
Harry rodó los ojos, ya con la paciencia agotada.
—Sí, sí, impresionante, Fortuna Major —repitió, esta vez con un tono más cortante.
La sonrisa de la Dama Gorda se desvaneció y suspiró con un tono de drama exagerado.
—Bueno, de acuerdo... pueden pasar —dijo con resignación mientras se deslizaba hacia un lado, abriendo el paso.
