--------》𝟎𝟏𝟓. 𝐭𝐡𝐞 𝐅𝐚𝐭 𝐋𝐚𝐝𝐲'𝐬 𝐄𝐬𝐜𝐚𝐩𝐞

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                    𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐋𝐄𝐆𝐀𝐑𝐎𝐍 𝐀 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐌Ú𝐍 𝐃𝐄 𝐆𝐑𝐘𝐅𝐅𝐈𝐍𝐃𝐎𝐑, 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐀𝐏𝐄𝐍𝐀𝐒 𝐏𝐔𝐃𝐎 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐀𝐑𝐒𝐄 𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐑𝐎𝐍 𝐕𝐄𝐑𝐓𝐈Ó 𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐀𝐒𝐂𝐀𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄𝐒 𝐒...

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                    𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐋𝐄𝐆𝐀𝐑𝐎𝐍 𝐀 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐌Ú𝐍 𝐃𝐄 𝐆𝐑𝐘𝐅𝐅𝐈𝐍𝐃𝐎𝐑, 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐀𝐏𝐄𝐍𝐀𝐒 𝐏𝐔𝐃𝐎 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐀𝐑𝐒𝐄 𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐑𝐎𝐍 𝐕𝐄𝐑𝐓𝐈Ó 𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐀𝐒𝐂𝐀𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄𝐒 𝐒𝐎𝐁𝐑𝐄 𝐒𝐔𝐒 𝐏𝐈𝐄𝐑𝐍𝐀𝐒, 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐒𝐈 𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐋𝐔𝐕𝐈𝐀 𝐃𝐄 𝐆𝐄𝐌𝐀𝐒. 

—Aquí tienes —dijo Ron con una sonrisa cómplice—. ¡Trajimos de todo lo que encontramos!

—Gracias —respondió Harry, con una chispa de emoción, agarrando un paquetito de diablillos de pimienta.

Mientras abría el envoltorio, escuchó a sus amigos narrar entusiasmados su tarde en Hogsmeade. Las palabras de Ron y Hermione lo transportaron a los lugares que había anhelado visitar: Dervish y Banges con sus raros artículos de magia, Zonko y sus interminables inventos para bromas, y, por supuesto, Las Tres Escobas, donde describieron las cervezas de mantequilla como el cálido abrazo de una tarde de otoño.

—¡La oficina de correos, Harry! —le contó Hermione, los ojos brillantes—. Tienen como doscientas lechuzas, todas alineadas por colores según la rapidez de entrega.

Ron le pasó un caramelo de Honeydukes.

—Prueba este; daban muestras gratis de un nuevo sabor —dijo, mientras Harry tomaba el caramelo que tenía un aroma frutal y picante a la vez.

Harry los escuchaba con una sonrisa genuina, encantado con cada detalle, pero su mente divagaba en lo que él había vivido esa tarde. Quiso contarles el incómodo encuentro con Smith, pero decidió guardárselo... por ahora.

Hermione miró su reloj de pulsera y dio un pequeño brinco.

—¡Deberíamos ir bajando ya! —anunció—. El banquete comenzará en cinco minutos.

𝐓𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫𝐞𝐝 𝐭𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora