𝐭𝐡𝐞 𝐞𝐧𝐝: 𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐞

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            𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀 𝐃𝐄 𝐉𝐀𝐌𝐄𝐒 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 𝐘 𝐑𝐄𝐆𝐔𝐋𝐔𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐇𝐀𝐁Í𝐀 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐋𝐀𝐌𝐀 𝐄𝐍𝐂𝐄𝐍𝐃𝐈𝐃𝐀 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃, 𝐅𝐔𝐆𝐀𝐙 𝐘, 𝐀 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐙, 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀

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            𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀 𝐃𝐄 𝐉𝐀𝐌𝐄𝐒 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 𝐘 𝐑𝐄𝐆𝐔𝐋𝐔𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐇𝐀𝐁Í𝐀 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐋𝐀𝐌𝐀 𝐄𝐍𝐂𝐄𝐍𝐃𝐈𝐃𝐀 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃, 𝐅𝐔𝐆𝐀𝐙 𝐘, 𝐀 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐙, 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀. Todo comenzó cuando James tenía trece años, un adolescente con la energía vibrante de un león en su tercer año de Hogwarts. Regulus, entonces un estudiante de primer año de Slytherin, caminaba con un montón de libros apilados, demasiado altos para que pudiera ver a dónde iba. James, huyendo de Filch junto con Sirius y los demás Merodeadores tras otra de sus "gloriosas travesuras", dobló una esquina con rapidez. La colisión fue inevitable.

Los libros de Regulus cayeron al suelo con un ruido sordo, y él casi cayó con ellos. James se detuvo, riendo, hasta que sus ojos chocaron con los del menor. Por un instante, el tiempo pareció detenerse. James vio un destello de algo en Regulus que lo descolocó, algo que no se alineaba con la fría reputación que los Slytherin solían mantener. Regulus, por su parte, vio a un chico mayor que no era solo el mejor amigo de su hermano, sino alguien con una mirada que desprendía calidez, carisma... y un atisbo de sorpresa.

James, con un movimiento rápido, le ayudó a recoger los libros mientras los otros Merodeadores continuaban corriendo.

—¿Todo bien, pequeño Black? —bromeó, usando un tono desenfadado.

Regulus, incómodo, asintió y murmuró un agradecimiento, evitando su mirada. Pero James se quedó, observándolo un segundo más, preguntándose por qué sentía que debía protegerlo.

Con el tiempo, aquellos pequeños encuentros se hicieron más frecuentes, sobre todo porque James empezó a buscarlos. Lo hacía en los pasillos, en la biblioteca y en el Gran Comedor, donde a menudo fingía no mirar al otro extremo de la mesa de Slytherin. A pesar de la rivalidad entre sus casas, James y Regulus compartieron miradas que decían más de lo que cualquiera podría imaginar.

Sirius fue el primero en notar que algo cambiaba en su amigo. Al principio, no entendió qué lo impulsaba a preocuparse por su hermano menor. Pero pronto fue inevitable. James y Regulus se encontraban en rincones apartados, hablando en voz baja. En esos momentos, Regulus le confesaba sus dudas y temores sobre las expectativas de su familia, la presión para servir al Señor Tenebroso. James, siendo un Gryffindor en todo su esplendor, trataba de mostrarle otro camino, hablándole de libertad, de lucha y de lealtades que no nacen de la sangre, sino del corazón.

La relación entre ellos creció en secreto. Para James, Regulus no era solo el hermano menor de Sirius; era alguien con quien podía reír y soñar, alguien que entendía sus temores y desafíos desde un ángulo completamente distinto. Regulus, a su vez, encontraba en James una luz que le mostraba la posibilidad de escapar de la sombra de su familia.

Sin embargo, la oscuridad que rodeaba a Regulus era más densa de lo que James había imaginado. Cuando Regulus tomó la decisión de rebelarse contra Voldemort y destruir un horrocrux, James supo que tenía que protegerlo a toda costa. El día en que ambos ingresaron a la cueva donde el horrocrux estaba oculto, James vio cómo Regulus luchaba contra el veneno de la poción, cómo los inferi salían de las aguas para atraparlo. James lanzó todo su poder mágico, gritando su nombre con desesperación, intentando salvarlo. Pero fue inútil.

𝐓𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫𝐞𝐝 𝐭𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora