Me gustaba ver a Ethan con mejor ánimo que los días pasados, había llegado a pensar que empeoraría con el paso del tiempo. Tenía la cursi idea de hacerle una pizza con forma de corazón, para que no se le olvidara lo mucho que lo quería, pero al final, terminó ayudándome él. La pasamos increíble, como siempre que estábamos juntos, era imposible que no fuese especial cada momento con él, y en el fondo, esperaba a que pensara lo mismo con respecto a mi.
Había estado sintiéndome un poco mal emocionalmente cuando noté que se acercaba cada vez más a Juliette. Estaba celosa, claro, porque Ethan era mi mejor amigo desde que apenas comenzábamos a desarrollar nuestros pensamientos "más lógicos", y el hecho de imaginarme que podía estar pasándola mejor con alguien más que no fuese yo, me mataba por dentro. Quizá era una exagerada, una dramática, pero era un sabor amargo que sentía en mi boca y que no me podía quitar. Esa fue la razón por la que había estado pasando tiempo con Mason, aquel chico que se interesó por mi cuando estaba teniendo una crisis de ansiedad en medio del salón de clases. Honestamente, jamás habría esperado a que quisiese seguir teniendo contacto conmigo después de la primera impresión que le di.
Lo bueno de nuestra amistad es que sentíamos que los problemas desaparecían cuando estábamos cerca, unidos, haciendo cualquier cosa que fuera de nosotros, y me agradaba la idea de que todo eso fuesen los planes sencillos, tranquilos. Como aquella vez, en la que nos encontrábamos sentados en el piso, devorando la pizza de corazón que habíamos hecho juntos. Ethan me miraba fijo cada que yo me distraía, o cada que fingía estarlo, porque la realidad era que me encantaba que lo hiciera, siempre había sido así. Me gustaba su mirada intensa, el color miel de sus ojos que en ocasiones hasta llegaban a parecer amarillos, y desde que habíamos llegado a Edimburgo, habían tomado un tono más claro de lo normal. Resaltaban. Brillaban. Ni siquiera esos días en los que estuvo triste hicieron que esa luz que había en sus ojos, se apagaran. Ethan, era una persona fuerte. Sabía que él pensaba que yo no lo notaba, pero era consciente de todo lo que se guardaba, y no era que no me interesara, simplemente estaba esperando a que explotara por si mismo en el momento que él considerase adecuado. Siempre pensé que todo lo que resulta forzoso, termina desastroso.
—¿Qué hora es? —pregunté al bostezar.
—Son las doce.
—¿Qué? —Me exalté —. ¿Las doce?
—Puré, tampoco es tan tarde —rodó sus ojos —. Quédate conmigo un rato más, por favor. Además, ya es sábado, ¿Tienes algo que hacer en la mañana?
—Está bien —Me puse de pie y me coloqué a su lado dejándome caer al piso de nuevo —, ¿Pero de qué quieres hablar ahora?
—De lo que quieras.
—Mmmm, si te pregunto algo, ¿Lo responderás?
—Claro —Percibí la rigidez repentina en su cuerpo.
—¿Por qué pensaste que estaba con Mason?
—No lo sé. Yo que sé. Tal vez porque estos días estuviste mucho con él.
—¿Y esa sería una razón para no venir a casa? Dime la verdad, Ethan. Él no te cae bien, ¿Verdad?
Mi mejor amigo tragó saliva fuerte, y no tuvo el valor suficiente para voltearse y mirarme a la cara. Con esa actitud suya, confirmé que era como lo suponía: no le agradaba la presencia de Mason. Lo había notado desde el primer día en que dije su nombre. Lo había notado desde que vi como se tensaba cada vez que lo nombraba, y especialmente, como lo miraba cuando se lo había presentado. Su rostro se torno serio, y sin expresión. Se dieron un simple apretón de manos, y Ethan no tardo más de cinco minutos en irse del departamento. Siempre distinguí aquel ambiente de incomodidad cuando ambos estaban en el mismo lugar. Me enojaba la manera en la que últimamente me escondía todo.
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Latidos que mantuve en silencio.
RomanceMaeve, es una chica que apenas esta saliendo de su adolescencia. Ella siempre ha soñado con tener un compañero, y se la ha pasado en su corta vida, buscando y tratando de encajar con chicos que ella creía que eran correctos. Se negó internamente a a...