Alessandra inicia su sueño en Caruso, una prestigiosa empresa de licores, donde su dedicación y pasión rápidamente la hacen destacar. Sin embargo, su mundo se tambalea cuando en una reunión aparece Viktor Caruso, el enigmático hijo menor del dueño...
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Emma se mantiene concentrada leyendo los primeros capítulos de mi nueva novela, aprieto una pequeña pelota antiestrés ante los nervios, para que mis historias se publiquen deben pasar ciertos filtros y Emma es el primero, si ella no lo aprueba debo desechar la historia aunque me parezca buena.
Pasa a la ultima hoja leyendo el borrador, ni siquiera yo se si esta bien lo que he escrito, es lo que pasa cuando te aventuras a explorar cosas nuevas pero papá dijo que debía confiar en mi mismo así que lo hare.
Emma cierra la carpeta con las hojas sueltas del borrador de mi historia volviendo su vista hacia la mía.
—¿En que genero catalogarías esta historia?—me pregunta.
—¿Fantasía?—suelto.
—Y romance Viktor—echa un vistazo a la carpeta y de nuevo a mi—, ¿enserio has escrito fantasía combinada con romance?
Aprieto la pelota intentando relajarme.
—¿Hay algo malo en eso?—pregunto dudoso.
La elegante mujer frente a mi se pone de pie caminando de un lado a otro.
—Si hay algo malo, me molesta el hecho de que no este completa, necesito ese final—al escuchar sus palabras es como si la vida me volviera al cuerpo y al ver su enorme sonrisa se que lo he hecho bien—, Viktor lo que llevas hasta hora es bastante bueno y atrapante ¿Cómo es posible que me hayas entregado un cambio así de radical? ¿de terror a fantasía romántica?
Me encojo de hombros.
—Llego a mi cabeza y si no lo plasmaba no me quedaría tranquilo—miento—, ¿pero esta bien?
—¿Qué si esta bien?—me muestra la carpeta—, esto que tengo en mis manos es oro puro y no sabes la cantidad de propuestas que voy a conseguirte cuando la termines, las editoriales se volverán locas ante el comunicado que voy a darles, la sinopsis de la diosa de ojos grises va a volver locos a todos ¿de donde te inspiraste para crear a tan magnifico personaje?
—Eso ya no es de tu importancia Emma—me quejo, en ese mismo momento Emilia entra a mi oficina con café y postres.
—¿Emilia?—la llama Emma.
—¿Si señorita Wood?
—¿Ha visitado a Viktor una mujer de ojos grises?—mis ojos se abren con furia ante la pregunta tan descarada.
Antes de que Emilia hable, grito.
—¡No seas entrometida Emma, respétame!—miro a Emilia—, y tu cuidadito con lo que dices.
—Permiso—responde Emilia antes de salir de la oficina a toda prisa.
Emma suelta una risa tomando un rollo de canela y dándole un mordisco.
