Alessandra inicia su sueño en Caruso, una prestigiosa empresa de licores, donde su dedicación y pasión rápidamente la hacen destacar. Sin embargo, su mundo se tambalea cuando en una reunión aparece Viktor Caruso, el enigmático hijo menor del dueño...
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—¿Tia haz visto a Viktor?—pregunto al encontrármela en la cocina preparando una masa viscosa.
—Se dice buenos días—me riñe—, y si, si lo he visto. Lo he mandando a cortar naranjas después de que hayamos salido temprano a correr y para mi sorpresa no me lo encontré en el sofá donde lo deje anoche así que ya supones a donde lo fui a buscar ¿cierto?
Me sonrojo de inmediato.
—Es mi novio tia—¿novio? aun no me lo creo que Viktor Caruso sea mi novio—, esta bien el que durmamos juntos.
—A mi no me importa, mi casa mis reglas y deben respetarse—me acerco sonriente para abrazarla por detrás e inmediatamente se remueve—, ¡Apártate o te lanzo al otro lado de la habitación!
Pincho su mejilla antes de salir corriendo fuera de la casa escuchándola maldecir y quejarse de la vida.
Rio mientras el aire fresco de la mañana golpea mis mejillas hasta que veo a mi novio de espaldas bajo las enormes ramas de un árbol.
Me acerco despacio admirando lo guapo que se ve aunque solo ese viendo su espalda.
—....aun no estoy seguro Emma—lo escucho hablar por teléfono—, debo pensarlo y te tendré una respuesta ¿si?
Lo escucho suspirar.
—No te preocupes porque yo también siento lo mismo por ti, hablamos luego—cuelga y cuando se gira pongo mi peor rostro de celos y novia indignada.
—¿Debería preocuparme por Emma?—finjo, el rueda los ojos antes de acercarse y rodear mi cintura con sus brazos pegándome a su pecho que huele delicioso, no lo abrazo.
—Sabes bien que es mi agente, ella me dijo que me odiaba así que yo también siento lo mismo por ella—ya lo sabia, solo busco hacer drama. Me pongo de puntillas besando sus labios.
—Lo se, confió en ti—nuestras narices juguetean. Recuerdo que una vez me dijo que no era una persona romántica pero obviamente si lo es, siempre busca tener contacto conmigo y seguirme los mimos—, ¿te tenia noticias sobre algo?
—De hecho si—se separa de mi, veo la duda desbordarse de sus ojos y el temblor de sus labios—, bueno es algo extraño la verdad...mi libro ya saldrá a la venta y la editorial me ha propuesto hacer una firma de libros aqui en Sicilia.
Viktor nunca hace firmas ni nada por el estilo.
—Y tu nunca aceptas—el asiente—, ¿quieres hacer una firma?
Si no se ha negado es porque esta dudando de su decisión.
—La verdad es que no lo se—me da la espalda frustrado—, estoy frustrado y confundido, no entiendo...me gustaría intentar por primera vez hacer algo nuevo, cumplir y ser un buen escritor para mis lectores pero, pero tengo miedo...
