Capitulo 9

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Maratón 1/2

—¿Qué paso anoche después de que nos fuimos?—pregunta Emilia al servirme un café—, ¡durmieron juntos! ¿cierto?

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—¿Qué paso anoche después de que nos fuimos?—pregunta Emilia al servirme un café—, ¡durmieron juntos! ¿cierto?

Casi expulso el café por mi nariz ante tremendo comentario, toso luego de estar a punto de ahogarme por su imprudencia.

—¿Pero que dices?—la miro mal—, Viktor y yo solo somos amigos, obviamente no dormimos juntos.

Ella me mira analizadora.

—Aja, amiga y única mujer después de mi que se queda a dormir en su casa, para mi eso es muy sospechoso—pues para mi no, luego de que el volviera a sentirse bien y pedirme que me quedara me llevo a una habitación del segundo piso, me dijo que podría quedarme allí y sin decir mas me dejo sola en esa enorme habitación cuya cama fue mi perdición obligándome a quedarme dormida de inmediato.

—Pues debes creerlo—le digo—, ya se que tiene bipolaridad, ayer me lo conto.

Los ojos de Emilia se abren con sorpresa.

—¿Te lo conto?

—Mas bien me lo grito—digo recordando lo molesto que se puso de un momento a otro—, ahora creo que comprendo muchas cosas.

—El jefe es especial Alessandra—comienza a contarme—, te lo contare desde mi perspectiva. El jefe tiene un buen corazón a pesar de todo, simplemente que su enfermedad no deja verlo tan de cerca, he estado con el mucho tiempo y eso me consta para infórmarte de que no es fácil por lo que tiene que pasar, sus cambión de humor, medicación, todo eso es muy difícil para el pero no lo culpo, el solo intenta estar bien consigo mismo y con los demás.

—Pero no lo esta—respondo y ella asiente.

—Cree que hace un bien alejándose pero obviamente no es bueno, creo que el necesita un impulso para salir adelante del hoyo en el que se encuentra atrapado ¿no crees?—claro que lo necesita, Viktor necesita de tanto a pesar de tener todo.

—No dejaremos que se siga sintiendo así—le digo.

—No, debemos estar para el siempre.

Y de mi parte prometo estarlo.

...

Viktor al parecer tiene un sueño tan profundo, ya es bastante tarde y no despierta y mi hermano no ha parado con su mensajería de ¿sobre donde pase la noche o con quien? es peor que un papa celoso sin duda.

Cuando estoy apunto de irme no porque quiera, los pasos en la escalera me detienen al observar a Viktor quien baja con peor rostro que ayer, sonrió internamente al ver su pijama "Negro" sus rizos disueltos y un rostro que a pesar del mal genio luce angelical para mi.

—Buenos días bello durmiente—lo molesto.

—¿Ya se iba?—pregunta como si nada.

—Si pero ya que despertó ya no lo hare—mi hermano puede esperar. Sin reacción alguna se encamina a la sala de estar y yo lo sigo de cerca, se sienta en un sofá y yo hago lo mismo sentándome a su lado, me mira mal—, ¿que?

Corazón frágil (Libro 3 de trilogía "Latidos del corazón")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora