Capitulo 22

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Maratón 2/3

—¡Levanta esas pesas soldado!—me grita la mujer frente a mi

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—¡Levanta esas pesas soldado!—me grita la mujer frente a mi. Intento con todas mis fuerzas levantarlas pero mis brazos ya están agotados así que fallan dejándolas caer en el suelo, me quejo—, me decepcionas, te hace falta mucho musculo y estas demasiado pálido.

Ruedo los ojos internamente.

—No estoy acostumbrado hacer esto—digo la verdad, nunca he sido bueno para el ejercicio y la verdad es que nunca me ha interesado—, he hecho todo lo que pude.

La mujer niega.

—Mi sobrina necesita tener a un hombre fuerte a su lado, un hombre que la sepa defender—medio sonrió.

—Créame que se hacerlo—le cuento.

—¿Y de que te ganas la vida Caruso?—me pregunta mientras que ahora es ella quien toma las pesas con facilidad haciendo una rutina donde los músculos de sus brazos se ponen a trabajar humillándome.

—Principalmente soy socio mayoritario de las empresas de mi padre pero lo que mas me gusta y de lo cual vivo es de ser escritor—ella se detiene observándome con rostro de ¿enserio?—, es un buen trabajo y deja mucho.

—Bueno, sin duda eres raro como mi sobrina—sonrió—, ahora entiendo porque están juntos.

—Su sobrina es muy especial—digo intentando levantar una enorme pesa pero fallo en el intento—, justo ahora se ha convertido en el centro de mi vida y no fue fácil pero lo es...

—¡Tia Regina!—ambos volteamos a ver a la hermosa mujer que camina hacia nosotros envuelta en un bonito pijama rosa—, ¿se puede saber que hacen?—ella nos mira mal—, recién saliste del hospital Viktor, no puedes esforzarte tanto.

Ruedo los ojos.

—Estoy bien—le respondo con una sonrisa, me acerco y con delicadeza beso sus labios perdiéndome en su mirada—, tu tia es muy amable conmigo.

Si claro, me despertó a las 5 de la mañana para salir a correr, halar bultos a las caballerizas y ponernos hacer ejercicio mientras juzga mi vida interrogándome.

Ayer que tuve la descabellada idea de venir a buscarla y reconciliarme con ella jamás se me cruzo por la mente que me pediría quedarme aqui, al principio lo dude un poco porque no quería incomodar pero al sentirme tan cerca de ella y desearla como lo hago me fue imposible no acceder, ya que pasar unos días con ella lejos de la civilización me parece una idea muy agradable, creo que ambos los necesitamos.

Serás unos días excelentes con el único problema de que la tia de Alessandra va a tomarme como uno de sus soldados ¿sargento militar? ¿Quién diría que una sargento crio a Alessandra? jamás me lo hubiera imaginado. Ayer que me apuntaba con un arma casi se detiene mi corazón, solo espero no vuelva apuntarme así nunca.

Corazón frágil (Libro 3 de trilogía "Latidos del corazón")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora