"Eres mi vida"
MEGAN
Al verlo tan vulnerable, con las lágrimas acumulándose en sus ojos y su voz rota, siento que me estoy desmoronando por dentro. Tomo una bocanada de aire, pero las palabras salen con dificultad.
― Aslan... prométeme que harás lo que te pido.
Él baja la cabeza, su pecho sube y baja de forma inestable, como si estuviera luchando contra una tormenta interna. Me mira y, cuando sus ojos se encuentran con los míos, veo el amor, el dolor y la desesperación. Cada emoción me golpea con fuerza, y, finalmente, él habla.
― No, Megan... no voy a prometerte nada.― dice con la voz entrecortada, como si cada palabra le costara un mundo.― Porque prometer eso sería como... como renunciar a ti. Y no puedo hacerlo.
Una lágrima resbala por su mejilla, y mis manos van de inmediato a secarla. La calidez de su piel y la humedad de su llanto son una mezcla de ternura y dolor. Me acuesto sobre su pecho, buscando su calor, su latido, ese consuelo que siempre encuentro en él. Quiero que este momento dure para siempre, aunque sé que no es posible.
― Perdóname, Aslan.― susurro, mi voz quebrada.― Perdóname por hacerte pasar por este dolor.
Él me rodea con sus brazos, envolviéndome con una firmeza y suavidad que parecen decirme que nada podrá separarnos.
― Eres mi vida, Megan. Tú y nuestra pequeña. Si algún día me faltas...― su voz se quiebra, y siento cómo su mano acaricia suavemente mi espalda― , la mitad de mi alma estará contigo y la otra con nuestra hija.
No aguanto más y mis labios buscan los suyos. Nos besamos con delicadeza, cada lágrima cayendo y mezclándose con el amor que compartimos. No hay necesidad de palabras. En ese beso, me doy cuenta de lo profundo que es nuestro amor, y de cuánto nos hemos transformado el uno al otro.
Aslan rompe el silencio, con una ternura que me desarma.
― El mejor cardiólogo está en camino.― me asegura con la voz temblorosa.― Aylen ha estado haciendo todo lo posible para ponernos en contacto con él. Lo hemos arreglado todo para que llegara cuanto antes.
Al escucharlo, el peso en mi pecho parece aliviarse un poco. Pero al mismo tiempo, la culpa me invade. Las lágrimas se me escapan sin poder evitarlo.
― No llores.― le digo suavemente, limpiando una de sus lágrimas con el pulgar.
Le sonrío, tratando de contener el llanto, pero el dolor en mi pecho es abrumador.
― Me haces sentir egoísta.― logro decir entre sollozos.― Me haces sentir que estoy pensando solo en mí, en lugar de en ustedes.
― Megan, quiero que dejes de pensar así.― me dice mientras acaricia mi rostro.― Respeto tu decisión, porque sé que el amor de una madre es más grande que cualquier otra cosa. Pero no puedo aceptar tu petición. No puedo aceptar la idea de perderte.
Siento sus labios sobre los míos, besándome una vez más, y por un momento siento que todo estará bien, que puedo aferrarme a esta esperanza que él está intentando darme. Mi corazón se acelera, y cierro los ojos, deseando que esta sensación de paz no me abandone nunca.
― Confío en ti, Megan.― continúa, con la voz cargada de esperanza.― Confío en que saldrás de esto y que criaremos juntos a nuestra hija. La llevaremos de paseo, la veremos crecer, juntos, como una familia.
Las palabras que he guardado en mi pecho tanto tiempo finalmente salen, apenas en un susurro:
― Te amo, Aslan.
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Más allá del contrato
RomanceMegan regresa de su año sabático con un plan de venganza contra Adrien, pero se ve envuelta en un torbellino de eventos cuando es secuestrada por un enigmático individuo del pasado.