CAPÍTULO 5

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"Anoche fue un desastre"

MEGAN

El sol se filtra a través de las cortinas, despertándome con una luz que no reconozco. Me revuelvo en la cama y me doy cuenta de que estoy en bragas junto a Adrien. El pánico se apodera de mí mientras trato de recordar cómo llegué aquí, pero mi mente está en blanco.

«¿Qué diablos pasó anoche?» pensé mientras entraba en pánico.

Miro a Adrien, dormido plácidamente a mi lado, y una mezcla de ira y desesperación me invade. ¿Cómo es posible que todavía me sienta atraída por él después de todo lo que ha pasado? ¿Después de cómo me ha tratado?

Me levanto con cuidado, tratando de no hacer ruido. Encuentro mi vestido tirado en el suelo y me visto rápidamente. Mi corazón late con fuerza mientras intento encontrar una salida de esta situación.

Salgo del lugar y me encuentro con un paisaje impresionante: un hermoso lago rodeado de árboles. Es un lugar precioso, pero la belleza del entorno no consigue calmar mi ansiedad. Estoy lejos de la ciudad, en medio de la nada, y necesito encontrar una forma de salir de aquí.

Corro hacia el auto de Adrien y, por suerte, la puerta está abierta. Revuelvo en busca de algo que me pueda ayudar y encuentro su celular en el asiento del conductor. Está sin bloqueo. Lo agarro rápidamente y marco el número de Liana.

― ¿Megan? ―contesta Liana al segundo tono, su voz llena de preocupación.― ¿Dónde estás? He estado tan preocupada.

― Liana, no sé dónde estoy.― digo, tratando de mantener la calma mientras las lágrimas amenazan con desbordarse.― Estoy en una cabaña cerca de un lago. Te voy a enviar la ubicación, necesito que vengas por mi.

Envío la ubicación y termino la llamada. Pero antes de devolver el teléfono, noto varias llamadas perdidas de Romina. Mi curiosidad y mis celos me llevan a abrir WhatsApp y revisar los chats entre Adrien y ella. Mi corazón se hunde al ver la cantidad de mensajes juguetones y fotos de Romina desnuda.

Cariño, muero por que me quites este vestido.

Estoy muriendo por follarte con el puesto.

No puedo evitar sentir una punzada de dolor. A pesar de haber pasado un año lejos de él, todavía siento algo por Adrien. Todavía lo amo, y duele ver cómo interactúa con Romina. Abro el último audio que Romina le envió a Adrien, y su voz llorosa llena el auto.

― Adrien, me duele mucho cómo me trataste. No entiendo qué hice para merecer esto.― lloriquea Romina en el mensaje.― Te llevaste a esa mujer en contra de su voluntad, y me dejaste tirada en el club...

Me siento aún peor al escucharla. Sé lo que es ser herida por Adrien y, aunque no la soporto, no puedo evitar sentir empatía por ella.

Salgo del auto, decidida a alejarme de este lugar. Comienzo a caminar, con la esperanza de encontrar una salida o al menos cruzarme con alguien que pueda ayudarme. Después de lo que parece una eternidad, veo el auto de Liana acercándose por el camino.

― ¡Megan!― grita Liana mientras se baja del auto y corre hacia mí.― ¡Gracias a Dios te encontré!

― Liana, necesito salir de aquí.― digo, con lágrimas en los ojos.― No sé qué pasó anoche. Me desperté junto a Adrien y...

― Tranquila, vamos al auto. Me lo cuentas todo en el camino.― dice Liana, abrazándome con fuerza.

Nos subimos al auto y Liana comienza a conducir. Mientras nos alejamos de la cabaña, trato de ordenar mis pensamientos y explicarle todo a Liana.

Más allá del contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora