~Misterio del más allá.~

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestados a los personajes para fines de esta historia. 

 

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Esto no se trata más que de simple charlatanería. 

Ese es el primer pensamiento de Senku mientras observa con escepticismo y fastidio la fachada de la antigua casona que se encuentra convenientemente ubicada en la cima de una escabrosa colina, lejos del pueblo. Es antigua y misteriosa, y no por nada se presume que es una edificación embrujada, todo gracias a una improbable leyenda que argumenta que esa casona fue el escenario de una tragedia. 

Senku Ishigami puede dar fe y legalidad de dicho acontecimiento gracias a los archivos de la hemeroteca del pueblo, donde dicha desgracia se encuentra documentada y registrada en las amarillentas páginas del periódico local. Si bien Ishigami es un fanático del conocimiento que las enciclopedias y libros pueden ofrecer, y no puede negar que la curiosidad es una cualidad intrínseca en un científico, el arma para afrontar la oscura ignorancia de la época, tampoco puede negar que el sensacionalismo también es un problema intrínseco dentro de la creciente sociedad en la que viven. 

La visita a “Stone Manor” o como ahora se le conoce “La mansión del contacto”, es el catalizador de Senku para adentrarse en una investigación de último minuto sobre lo acontecido en ese lugar: el genocidio de la familia Weinberg y el posterior suicidio de la hija menor en condiciones misteriosas. 

Para así desentrañar (y desestimar) la absurda leyenda de que la finca está “maldita”. Y de paso, desenmascarar al fastidioso embaucador que vive en ese lugar. 

Asagiri Gen, el extraño forastero que la compró y la convirtió en una especie de santuario para sus sesiones de “espiritismo”. Atrayendo a curiosos desesperados y crédulos por igual con la premisa de un contacto al “más allá”. Oh, pero si eso no fuese poco, Asagiri tuvo la osadía (aunque Senku prefiere llamarle descaro) de esparcir el rumor de que había contactado con el espíritu de la hija menor de la familia Weinberg, exhibiendo al fantasma en cada una de las sesiones. 

¡Por favor! 

—¿Asustado, Bribón? —Ryusui Nanami, la mente maestra (y el capital) tras esta “investigación” de desvelamiento, cuestiona juguetonamente mientras avanza con paso seguro hacia la finca—. Asagiri parece tener sus propios estándares, el precio de cada sesión no es nada barato. —el dinero no es algo que le preocupe al joven marinero, sin embargo, la aparente “ambición” de Asagiri es intrigante. 

El contacto al más allá parece ser algo exclusivo que sólo gente “aristócrata” puede darse el lujo de pagar, en su mayoría. Y es por ello que la fama (o infamia) de ese sujeto le ha precedido y se ha extendido a lo largo y ancho del país. Gen Asagiri no sólo es reconocido por su excepcional habilidad de adivinación sino también por sus increíbles hazañas de levitación, control mental y por supuesto, su don para entablar contacto con los muertos. 

Todo un “prodigio” al parecer. 

—Sólo terminemos con esto pronto, tengo un artículo que publicar sobre los peligros de la pseudociencia y la manipulación colectiva. —artículo que Senku planea escribir apenas salga de ese lugar y consiga las pruebas para desenmascarar a ese ridículo charlatán y estafador. 

—¿Y qué pasaría si ese sujeto es en realidad lo que dice ser? Si en verdad puede contactar con el más allá… —Ryusui tiene especial curiosidad por la respuesta de su compañero, a quien considera un escéptico de primera.

—Entonces tendrás mi carta de renuncia en tu escritorio mañana por la mañana. —Senku suelta con total seguridad a sabiendas que tiene la victoria asegurada, él confía es la ciencia, los hechos y la lógica más que en los aspectos místicos y creencias sin fundamento. 

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