~Desde siempre.~

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

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Taiki miró nuevamente al centro de la estancia donde el grupo de adultos conformado por sus padres y sus tíos aún permanecían reunidos y hablando sin parar. 

Sus ojos aguamarina, muy parecidos a los de su madre no sólo en cuanto a tonalidad, se enfocaron en la manera en la que Kohaku sonreía radiante a pesar del evidente cansancio y falta de sueño en su semblante; el pequeño niño de poco más de seis años también fue consciente de la mirada y postura orgullosa que Senku estaba irradiando junto a ella. 

Ambos estaban felices. Él pudo notarlo a simple vista y quizá cualquier otra persona en esa habitación también lo hizo.

Y Taiki supo de inmediato cuál era el motivo de dicha felicidad en sus padres, uno que mucho tenía que ver con el pequeño bulto que su madre sostenía protectoramente en sus brazos y contra su pecho. 

El "pequeño intruso", como él lo nombró.

Frunció el ceño ante la imagen. 

¿De qué otra manera podría referirse a él sino con ese apelativo? Porque era lo que ese bebé representaba… él era un intruso en su vida y en la de sus padres. 

La felicidad por la noticia del embarazo de su madre pasó a un segundo plano cuando los miedos y las inseguridades aparecieron en su infantil mente. 

La llegada de ese bebé lejos de causarle alegría le hizo replantearse una verdad que hasta ese momento quizá no se atrevió a considerar del todo: él sería desplazado

Byakuya (¡incluso ese bebé le había robado el nombre al abuelo!) Acapararía el amor de sus padres, como ahora, cuando Kohaku y Senku enfocaron su atención a ese niño. 

Observó de nuevo, cómo su madre miró con tanto amor a ese bebé, ignorando por completo una pregunta que el tío Taiju le había hecho. 

Pero Kohaku era su madre después de todo, ella no podría dejar de amarlo por la llegada de ese niño ¿Cierto? 

Pero el mayor temor no se centró en la pérdida del afecto de su madre, sino en Senku. Él no era su verdadero padre después de todo, y aunque nunca fue un secreto para Taiki, dicha noción permaneció latente durante todos estos años a su lado. 

Senku era un hombre increíble que amaba a su madre y a él a su manera, a diferencia del abuelo Byakuya que era más verbal en cuanto a su expresión de cariño y amor, Senku por su parte siempre fue más reservado al respecto, pero aún así se los había demostrado infinidad de veces. 

Taiki siempre vio en Senku a ese padre que nunca se tomó la molestia de estar con él, fuese por los motivos que fueren. Y aunque ocasionalmente Mozu, su verdadero padre, intentó contactarlo y hablar con él, el niño nunca sintió ese vínculo especial como lo hizo con Senku. 

Él fue y siempre sería su padre, sin importar qué. 

Pero ahora con la llegada de Byakuya a la familia, Taiki temió perder ese afecto y vínculo con él. Después de todo, ese bebé era realmente de Senku… su hijo. 

Era obvio que él preferiría a ese niño que era suyo por sobre a Taiki ¿Cierto? Fue lógico tener esa preferencia. 

La sola expectativa entristeció al niño. Definitivamente no podría alegrarse de la llegada de su hermanito. 

—¿No es emocionante? —Byakuya se acercó a Taiki con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro—. Ven a darle la bienvenida a tus padres y a tu nuevo hermanito. Estoy seguro que te mueres de ganas por conocerlo. 

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