~Amber.~

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia. 

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—¡Ja! Quiero que les quede algo muy claro —la hermosa mujer estrechó la mirada de manera amenazadora hacia los presentes—. Ustedes no tienen el derecho a considerarme como su igual… yo soy Amber… la famosa cantante que pagó más de cincuenta mil dólares para venir a este lugar, así que deben tratarme como la celebridad que soy ¡¿Entendieron?!

Chelsea, Chrome y Sai compartieron una mirada simultánea de completo horror y nerviosismo ante lo que tenían frente a ellos. 

—Es un honor tenerla aquí en la SSI señorita Amber, nos aseguraremos que su estancia sea la mejor en estos dos meses. —Chelsea trató de apaciguar la tensión y la evidente molestia de la que sería su invitada en ese lapso de tiempo. 

Ella reconoció a la hermosa mujer apenas las compuertas se abrieron para su ingreso al módulo. Amber era una de las más hermosas cantantes estadounidenses a nivel mundial, la fama de una exitosa carrera musical y en ocasiones, también actoral la precedían.

Sin embargo, lo que jamás imaginó fue que esa hermosa chica tuviera un pésimo carácter y un ego del tamaño de Júpiter y quizá de toda una galaxia entera. 

Definitivamente esas dos semanas serían un completo infierno para todos.

—Eso espero, es lo menos que pueden hacer por alguien tan importante como yo —Amber cruzó ambos brazos a la altura del pecho, levantando la barbilla con altanería—. Ahora, no se queden ahí mirándome como tontos, enséñenme el lugar donde dormiré y espero sea bueno, quiero descansar del tedioso viaje en el Soyuz. 

La mujer les lanzó una última mirada despectiva a los presentes, antes de gravitar hacia el interior del módulo, golpeando el hombro de Chelsea en el camino. 

Una acción que no pasó desapercibida por ninguno.

—¡Oye! No me importa si pagaste mucho dinero por venir aquí —Chrome, quién se dió cuenta del gesto descortés de la cantante, bramó con la mandíbula apretada por el coraje—. O si eres una celebridad mundial, ahora eres parte de nuestro equipo y como tal debes aprender a respetarnos y dejar a un lado esa odiosa actitud de diva. Así que discúlpate con Chelsea. —se acercó a ella con una mirada intimidante. 

Él definitivamente no iba a tolerar esa actitud tan ofensiva por parte de esa mujer hacia sus colegas y amigos.

—Fue un accidente, Chrome. —Chelsea trató de intervenir, minimizando el asunto para evitar los problemas que seguramente los reclamos de su colega causarían. 

Sin embargo Amber sólo dignificó su pequeño discurso con un bufido y un gesto de fastidio. Dándole a entender al científico que no haría tal cosa sólo porque él se lo pidiera. 

—¡Ja! ¿Actitud de Diva? —ella prácticamente se burló—. ¿Tienes idea de cuántas copias he vendido? ¿Cuántos álbumes he grabado y el éxito de cada uno de ellos? ¡Soy prácticamente una Diosa! ¡¿Cómo te atreves a pedirme que pida disculpas?! 

Esa sin duda fue la gota que rebasó el vaso. La ira escaló rápidamente por las venas de Chrome ante tal muestra de egocentrismo y altanería. 

Chrome estuvo a punto de estallar y despotricar contra esa grosera mujer cuando el sonido vibrante de una risa burlona inundó el ambiente. 

—¡Una Diosa! —Senku se dobló de risa desde la parte de atrás—. Demonios Leona, creo que te estás tomando demasiado en serio tu papel. Ya deja de molestarlos o te enviarán de regreso a la Tierra y perderás esa cuantiosa inversión. 

SenHaku WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora