Barman |N.H.| Terminada (En edición)

Thirty one~ (Ultimos capitulos de temporada).

Maratón 1/3

-Papá, en serio... Necesito otro chip-musité irritada.
-¿Para qué?
-Es largo de contar.
-Cuéntame-murmuró relajado. Se incorporó sobre la cama-, tengo tiempo.
-Es que recibo mensajes anónimos-suspiré-. Siempre que salgo con Niall me llega uno nuevo.
-Quizás se equivocan-dijo.
-No, son mensajes explícitos. Mensajes de: pregúntale a tu novio-tragué saliva y divague, papá sólo me miró confundido-; mensajes con un fin común. Separarme de él. Obvio no los creo, pero son molestos.

...

La mañana pintaba extraordinaria. El sol había salido y el cielo estaba despejado, podría asegurar que la lluvia no sería un problema para el día de hoy.
Miré el reloj del móvil y noté que tenía varias notificaciones, todas de whatsapp.

"Jane: ¡Hola! He visto los cursos ínter-semestrales de verano. Podríamos tomar uno.
🗻 (06:12)"

"Lottie: hola, cómo estás? (09:32)"

"Cath: ¿Sí tomaremos el curso de verano? (09:37)"

"Niall: Buen día, bombón. Sabes que te quiero demasiado. Espero tengas un excelente día. Más tarde paso a tu casa. (10:02)"

Tallé mis ojos y me estiré sobre la cama. Hice a un lado las frazadas y me levanté para dirigirme al sanitario. Lavé mi cara y dientes y decidí bajar a desayunar, o mejor dicho a almorzar.

-Mamá, tomaré un curso de verano. Es gratis... He tomado la decisión. Es toda la semana de ocho a una.
-Como quieras, mi niña-decía mientras iba de un lado a otro en la cocina. Estaba cocinando.

Asentí. Serví un poco de leche y me senté en el banco de siempre. El silencio se apoderó del momento, pero éste último sería irrumpido por Alice, quien estaba demasiado entusiasmada con la próxima fiesta a la que asistiría.

-Este peinado quiero-musitó la muchacha quién llevaba su móvil en la mano y a la vez lo colocaba a la vista de mi madre.
-El sábado vemos, ahora estoy algo apurada con esto-parecía molesta-. Ellie, saca la pasta del horno.

Me incorporé apenas. A decir verdad, no tenía ganas de nada, ni ganas de masticar el pan de mi desayuno.
Hice lo que la mujer me ordenó, y entonces el timbre resonó por toda la casa. Y fue ahí cuando entendí porque la molestia de mamá: estaba preparando la comida para los invitados del día: la abuela y familia.
Saludé como es habitual y subí a mi habitación a ponerme algo más "decente", y es que llevar pijama no era del todo decente...

El día transcurría de lo más normal, e igualmente lo hacia la semana. Siempre sucedía lo mismo: el desayuno, el almuerzo, veíamos a Alice tomar el bus escolar y algunos días después de eso salía con mamá de compras; aquellos días Niall hablaba poco conmigo y era de esperarse. Desde qué iniciaron las vacaciones, hablaba poco, incluso con mis amigos. Niall por lo regular me visitaba cada fin de semana, el trabajo lo tenía sumamente ocupado, y no sólo eso... Llevaba días discutiendo con sus mejores amigos: la banda. La banda se convertía en un "problema".

-Daremos un concierto. Pero no sé-musitó el rubio mientras frotaba su nuca.
-¿No sabes, amor?-cuestioné eufórica-. Van a tocar frente a cientos de personas. Sé que sólo es un evento, pero es un evento de caridad; millonarios e incluso algún manager puede estar ahí.
-Tienes razón, pero Zayn se ha puesto en plan de histérico. Dice que está cansado de cantar todos los viernes-suspira-; Perrie se ha enojado con él. ¿Sabías que estaban comprometidos?
-Wow. No, no lo sabía. Pero... ¿Se ha enojado con él por qué tocan los viernes?
-Algo así. Zayn quiere tomarse un respiro.

La conversación sigue fluyendo de lo más normal. Niall se despide. Se ha ido al trabajo.
Entro a la casa y veo a mamá revisar unos sobres, al parecer son estados de cuenta. Su rostro se percibe sereno, tranquilo; gira su mirada hacia mi dirección y le dedicó una sonrisa. La devuelve.

-¿Me acompañas al banco?
-Sí.

Se levanta y va directo a su recámara. Asumo que busca algo.
Posteriormente sale delante de mí. Estamos por dirigimos hacia la avenida; viajar en el transporte público no es problema para mi. Es normal; media hora después estamos entrando a la plaza comercial. En el interior se encuentra un banco.

-Mamá, creo que hay mucha gente-murmuro al ver tres filas, en éstas debe haber al menos cien personas en cada una-. Asumo que la fila del fondo es para los cajeros automáticos.

Cuando giro hacia mi madre, ella ha desaparecido de mi lado. Está en una de las filas preguntando cual es la fila que debe usar para entrar al banco mismo; el señor le dice que esa misma donde él de sé encuentra, sin embargo, detrás de él había otras 70 personas.
Rápidamente buscamos el fin de la fila, nos situamos detrás de la última persona y esperamos nuestro turno.

El calor se hace insoportable. Hemos avanzado algo rápido, en cambio, seguimos lejos de la puerta el banco.

-Siéntate en la banquita de allá-ordena mamá al señalar una banca que se encuentra frente a un restaurante de comida China.
-¿Segura? Pero es que no traigo móvil, no sabré donde estás.
-Sí-esboza una sonrisa-. Cuando salga del banco, sabré que estas ahí.

Emprendo pasó hacia la banca semi-vacía. Hay una chica sentada en el extremo; tomó asiento en el otro extremo. Me arrepiento de no haber traído el móvil, algo me dice que mamá tardará más de una hora para pasar al banco.
Comienzo a entretenerme con cualquier cosa: algunos niños jugando alrededor de una especie de poste que sostiene la construcción. Algunas chicas peleando por quién irá con la más pequeña a dar una vuelta dentro de la plaza; incluso un joven que está desesperando, en brazos trae un bebé, asumo que es su hermano.
Sigo mirando a mi alrededor y me percato del pequeño módulo de helados "finos". Helados con precios elevados; en el mismo módulo ya se ha formado una fila enorme, es con sí todos sé hayan puesto de acuerdo para comprar al mismo tiempo. De un lado del establecimiento hay una computadora donde alguien toma tu orden, te cobra y te entrega un ticket y del otro lado se sitúa un largo cristal por el cual puedes ver los diferentes complementos que puedes pedir para que se los coloquen por encima a tu helado.

Quito la vista del lugar y ahora me entretengo en otra cosa. Comienzo a aburrirme, empiezo a escuchar con atención los ruidos que me rodean. Katy Perry comienza a sonar y yo canto en un susurro la rola: Firework.
Estoy tan centrada en la canción que no me doy cuenta de que un par de niños se han sentado a mi lado. Parecen unos niños descarrilados. Comienzan a darme miedo, tienen cara de ladrones.

-¡¿Sellers?!-grita una voz, giro hacia donde escuche el llamado.
-¿Marcus? Hola.
-Hola, ¿qué haces aquí? Y sola-cuestiona y se acerca.
-Espero a mamá.
-Seguro está en el banco-sonríe y asiento-. Te invito un helado.
-No, así estoy bien.
-No importa, vamos. Insisto.

Sonrío. Me pongo de pie y lo sigo al establecimiento que miré antes. Hacemos la orden y en poco ya estoy de gustando el helado; regreso a la banca de antes, el par de niños se ha ido, también la chica. Tenemos la banca para nosotros dos solos.

-¿Puedo decirte algo y no te molestas?-cuestiona aquel castaño.
-Adelante.
-Hoy te ves muy guapa-se sonroja y yo imito-. Todos los días te ves guapa. Ellie... Me gustas.

Parpadeo en varias ocasiones y no sé que decir y hacer. Suspiro un poco y me toma por sorpresa su movimiento. Veo como ha unido sus labios a los míos. Abro los ojos y le empujo de tajo.

-Lo siento, en serio. Me caes muy bien, pero no debiste.
-Imagine que dirías eso-parece decepcionado-, perdón. Sé que tienes novio. Lo lamento.

Intentó sonreír pero no lo logró. El silencio se hizo presente y posteriormente vi a mamá salir del banco. Emprendí paso hacia ella.

-Adiós.
-Bye-contestó Marcus.

-----------
N/a: Lamento la demora. No lo vuelvo a hacer.
Saben... Están leyendo los últimos capítulos. Sin embargo, tengan por seguro que regresaré con una segunda temporada.
Gracias por leer.
XX.